EE UU presiona en favor de una "solución equitativa" en el conflicto del mar Egeo

El Gobierno de Estados Unidos mantuvo intensas negociaciones diplomáticas ayer con representantes de Grecia y Turquía, tanto en Washington como en Atenas y Ankara, como forma de presión para reducir la tensión militar surgida el viernes entre ambos aliados de la OTAN en el mar Egeo. Un responsable de las negociaciones, que pidió mantener el anonimato, informó a los periodistas en Washington que la Administración norteamericana "no ha tomado partido" y que "sólo busca una solución equitativa".

En la capital norteamericana fue recibida con alivio ayer la decisión del primer ministro griego, Andreas Papandreu, de retirar su petición de suspender el funcionamiento de la base norteamericana de control marítimo Nea Makri, en Grecia. La petición griega había sido analizada durante toda la jornada en Washington, que considera la base como un elemento clave de su sistema de seguridad en el Mediterráneo oriental.Las declaraciones del primer ministro turco, Turgut Ozal, según las cuales su país no tomaría la iniciativa de una crisis abierta con Grecia también fueron recibidas con satisfacción en la capital norteamericana.

La base de Nea Makri, con 354 militares norteamericanos, pertenece a la Armada y posee avanzados sistemas de interceptación que le permiten controlar la posición de cualquier buque en el mar Egeo. Durante la crisis greco-turca de 1974, por la invasión turca de Chipre, la Prensa de Atenas acusó a Estados Unidos de utilizar esta base para interferir las comunicaciones militares griegas, beneficiando de esta manera a los turcos.

Medios diplomáticos en Estados Unidos afirmaron que la petición griega se basaba en el temor de que EE UU pudiera utilizar la base contra Atenas, en caso de un conflicto con Turquía. Sin embargo, fuentes del Departamento de Estado norteamericano dijeron que quizá detrás de la petición griega había razones de política interna, más que bélicas. Según estas fuentes, Papandreu se aprovechó de la impopularidad de esta base entre la población griega para pedir su suspensión. Estados Unidos, que tiene 3.500 soldados destacados en Grecia, debe renegociar a finales de 1988 el futuro de sus cuatro bases y numerosos puestos de radar en territorio griego.

Las jornadas del viernes y de ayer en Washington estuvieron marcadas por los contactos diplomáticos de EE UU con representantes griegos y turcos. El secretario de Estado adjunto para asuntos europeos, Rozanne Ridqway, se reunió el viernes con el embajador griego, George Papoulias. El embajador turco, Sukru Elekdag, por su parte, ofreció una conferencia de prensa en la que negó que Estados Unidos hubiera alentado a su país a realizar exploraciones petroleras en el mar Egeo. Según reveló, Washington pidió moderación al ministro de Exteriores turco, Vahit Halefoglu, durante una visita a EE UU que éste realizó la semana pasada.

Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, envió ayer un mensaje urgente a los Gobiernos de Grecia y Turquía en el que les pide que actúen con "el máximo de moderación".