Londres y Bonn bloquean el programa de investigación de la Comunidad Europea

La presidencia belga del Consejo de Ministiros de lo dece no pude, alcanzar ayer su objetivo de regalar a la Comunidad Europea (CE), con motivo de su 30º aniversario, un ambicioso programa de investigación fundamental para el próximo lustro. Al término de 19 horas de negociación ininterrumpida, el ministro de Investigación belga, Guy Verhofstadt, concluyó la reunión otorgando a las dos últimas capitales reticentes -Bonn y, sobre todo, Londres- un plazo de nueve días para que retiren sus reservas y aprueben un programa al que han dado ya su visto bueno los otros 10 Estados miembros de la CE.

En la conferencia de prensa que dio a las cinco de la madrugada de ayer, al término de la negociación maratoniana, Verhofstadt dejó muy claro que si esos dos países persistían en su negativa, no tenía la intención de convocar más consejos de ministros para tratar del tema, y los programas de investigación conjunta financiados por la CE quedarían, por tanto, temporalmente paralizados.Su homólogo Italiano, Luigi Granelli, no dudó en calificar de gravísima la crisis que se produciría si los Gobiernos de Bonn y Londres no modificaban su actitud, y aseguró que Italia no dudaría en llevar el tema a la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la CE.

El canciller alemán occidental, Helmut Kohl, acabará, probablemente, dando luz verde al proyecto, según vaticinan fuentes comunitarias, en torno al 1 de abril, fecha en la que recibirá en la capital federal a la Comisión Europea, y que podría aprovechar para hacer un gesto de buena voluntad de cara a un Ejecutivo europeo con el que se ha enfrentado varias veces.

Pero las fuentes consulta das son mucho menos optimistas a la hora de pronunciarse sobre un eventual cambio de actitud del Gobierno de Margaret Thatcher, cuyo rechazo de la propuesta de compromiso elaborada por la presidencia belga parece obedecer más bien a motivos de política interior.

Su representante en el Con sejo de Ministros de ayer, el titular de la cartera de Investiga ción, Geoffrey Pattie, se negó tajantemente a aceptar un pre supuesto que rebasase los 4.200 millones de ECU (unidad de cuenta europea, equivalente a 146 pesetas), siguiendo al pie de la letra las instrucciones recibidas de Downing Street. La aprobación del programa requIere la unanimidad.

El propio Pattie sería, según algunas fuentes comunitarias, partidario de flexibilizar su postura, pero no ha logrado convencer a su primera ministra. La oposición de Thatcher a cualquier aumento del presupuesto consagrado a la investigación es tanto más sorprendente por cuanto que se trata de un sector en el que el Reino Unido saca un provecho obvio de su participación en la CE.

Aceptación francesa

Junto con el Reino Unido y la República Federal de Alemania, el otro peso pesado que integraba inicialmente el frente del rechazo a la investigación era Francia, pero hace unos días su primer ministro , Jacques Chirac, anticipó que estaba dispuesto a reconsiderar su postura, y en la capital belga, su ministro Jacques Valade lo confirmó al suscribir el compromíso presentado por la presidencia belga.

Verhofstadt propuso a sus homólogos adoptar un presupuesto de 6.500 millones de ECU, una cifra teóricamente inferior en 1.200 millones a la propuesta de la Comisión Europea, pero que de hecho encubre otros muchos ahorros.