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Campaña en la URSS para que la historia soviética revise la figura de Stalin

Pilar Bonet

El rector del Instituto Estatal de Archivos Históricos de la URSS, Yuri Afanasiev, ha lamentado que en su país no se haya publicado ninguna obra de investigación sobre Stalin y que sigan ignorándose los miles de libros editados en Occidente sobre el tema. En una entrevista publicada el fin de semana por el periódico Sovietskaia Kultura, Afanasiev se pronunció por la reedición de las obras de Stalin y por un cambio de enfoque en la historia soviética, que, a su juicio, debe dar especial atención a los períodos entre 1917-1929 (en tiempos de Lenin y después de Lenin) y 1956-1965 (después de Stalin, XX Congreso e intento de reforma).

Las obras de Stalin no han vuelto a ser editadas en la URSS desde la muerte del dirigente, ocurrida en 1953. En opinión de Afanasiev, "el movimiento de las ideas se ha interrumpido durante 20 años" en la URSS y ya es hora de "poner sobre una base objetiva el estudio del conjunto de problemas vinculados con el culto a la personalidad de Stalin. No tenemos ni una sola investigación sobre este importante tema. Mientras la historiografía no marxista cuenta con cientos, miles de publicaciones sobre este tema, nosotros continuamos, sin embargo, ignorándola", dijo Afanasiev.

"No cabe en la cabeza", señalaba el historiador, "la afirmación según la cual la represión masiva contra honrados ciudadanos soviéticos en los años treinta fue o una falta o una deficiencia en lo que respecta a la legalidad socialista, o incluso unas inevitables deformaciones de la lucha de clases y la transformación revolucionaria de la sociedad".

Reeditar

Refiriéndose a los congresos XX y XXII, durante los cuales se llevó a cabo el inicio de la desestalinización, Afanasiev afirma que existen resoluciones del partido que califican la represión de otra manera, a saber, como "aberración, arbitrariedad, ilegalidad y abuso de poder en el período de culto a la personalidad y acciones de la banda criminal de Beria. Afanasiev considera que de tal modo han quitado en la conciencia popular las actividades represivas de Stalin y que después de 1956 no se han aportado datos científicos que obliguen a revisar tales valoraciones.En cuanto a Nikita Jruschov, el líder soviético que impulsó la desestalinización y que hoy es más conflictivo incluso que la figura de Stalin, Afanasiev afirmó que "ya es hora de dejar de fingir que nunca existió". El historiador denunciaba un reportaje televisivo sobre el cosmonauta Yuri Gagarin, donde la figura de Jruschov fue eliminada, de tal modo que no se sabía a quién iba a encontrar Yuri Gagarin cuando avanzaba por pasillos, alfombrados a su regreso a la Tierra.

Afanasiev se mostró en contra de la exaltación de las personalidades históricas y de la concepción rusófila que populariza y deforma, en su opinión, las figuras de los zares como si éstos hubiesen representado los intereses de toda la sociedad en su conjunto.

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Afanasiev criticaba al historiador PikuI, uno de los más conocidos divulgadores de la Rusia imperial zarista por medio de novelas de gran éxito popular.

Elogiaba Afanasiev a Mijail Shatrov, el dramaturgo que populariza la historia soviética a través de sus montajes teatrales como Así venceremos, un éxito de taquilla que ha sido contemplado por todos los miembros del Politburó, incluido Gorbachov.

Shatrov ha acabado una nueva obra, La paz de Brest, que se publicará en abril, en la revista literaria Novi Mir. Un fragmento de esta obra es publicado esta semana por la revista Tiempos Nuevos. El fragmento muestra que entre Lenin y sus compañeros en la dirección soviética existían diversas opiniones sobre si firmar o no en 1918 una paz humillante con Alemania que le quitó a Rusia los territorios de Letonia, Lituania, una parte de Ucrania, de Bielorusia y Estonia.

Posiciones finales

Las posiciones finales de Stalin (a favor de la paz), Trotski (abstención) y Bujarin (en contra de la paz) son reflejadas en el fragmento que recoge la histórica votación del 23 de febrero de 1918, cuando Lenin consideró que había que decidirse entre la paz o el fin de la revolución.La publicación de textos que reflejan las diferencias de opinión en la dirección soviética en relación a la paz de Brest tiene cierta importancia, a juicio de los observadores, dado que Gorbachov comparó la actitud ante esa paz con la actitud ante la perestroika (renovación) en curso actualmente. La existencia de diversidad de opiniones en la dirección del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) desde los años veinte fue subrayada recientemente por el observador político de Literaturnaia Gazeta Fedor Burlatski.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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