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Reportaje:

Cuando el censurado se vuelve censor

Las tribulaciones y anhelos de los periodistas soviéticos en la 'nueva era'

Pilar Bonet

El reciente congreso de la Asociación de Periodistas de la URSS ha mostrado que la glasnost, o transparencia informativa, tiene, hoy por hoy, sus límites, y éstos se han reflejado en la incapacidad o imposibilidad de la Prensa soviética para abordar su propio debate interno sin censura. El congreso, que se celebra una vez cada cinco años, reunió en esta ocasión en Moscú a 700 delegados representantes de 80.000 profesionales del periodismo, ya sea como informadores o como propagandistas. Durante tres días, los corresponsales extranjeros pudieron seguir los debates por un circuito interno de televisión, una posibilidad que no había ofrecido ninguno de los congresos profesionales que se han venido celebrando en los últimos dos años.

La existencia de temas prohibidos, como los problemas de los partidos comunistas o en la comunidad socialista, la actitud represora del Ministerio de Exteriores o del Comité Central ante la información internacional, los problemas en el Ejército o los conflictos nacionalistas fueron algunos de los puntos tocados en unos debates que después aparecieron descafeinados en la Prensa soviética.Al público soviético se le escamotearon cosas tan variadas como la posición fuera de crítica del Ministerio de Defensa, las deserciones de los jóvenes en edad militar en el Báltico, la crítica a la interferencia de emisoras extranjeras, los ataques al director de Pravda, Víctor Afanasiev por prestar poca atención a la Prensa local, las menciones a Stalin y la información sobre unos enfrentamientos nacionalistas entre rusos y yakuts en Yakutia, Siberia oriental.

Ni estos conflictos ni los problemas que ha producido el ferrocarril Balkal-Amur (el Bam) se reflejaron de forma clara en la Prensa. El ferrocarril ha originado deterioros ecológicos y tensiones entre la población local, que ve desaparecer sus formas de vida tradicionales, y los colonos recién llegados. Entre las cosas no publicadas por la Prensa destaca la afirmación del periodista M. Poltaranin, presidente de la Organización Municipal de Periodistas de Moscú, según el cual tras la denuncia de las escuelas de élite realizada por la Prensa de la capital estaba el comité del partido de Moscú, dirigido por el miembro suplente del Politburó Boris Eltzin.

El congreso de los periodistas reeligió a Víctor Afanasiev como presidente de la organización, después de haber votado por primera vez de forma secreta la composición de la nueva junta directiva. Los delegados pudieron añadir o tachar nombres sobre la lista única presentada a votación.

Primeras valoraciones

En privado, medios periodísticos soviéticos opinan que el congreso ha tenido resultados muy modestos, y en círculos intelectuales moscovitas existe la impresión de que la campaña de glasnost y crítica ha comenzado a aflojar el paso sin haber llegado al fondo de los temas. Quienes así se expresan se confiesan faltos de elementos para juzgar si se trata de un alto en el camino o del fin del viaje.Tras los bastidores político-periodísticos se alzan voces pidiendo que se ponga fin a la experiencia de Novedades de Moscú, el semanario bandera de la apertura informativa. Novedades de Moscú, cuya tirada es de algo más de 150.000 ejemplares, ha pasado de ser un periódico de propaganda en varios idiomas al soporte de los artículos más polémicos.

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Le corresponde el mérito de haber publicado el primer artículo sobre la película Pokaiane y de haber ido más lejos que nadie en la crítica del estalinismo. Su director, Igor YakovIev, historiador de formación que había trabajado como periodista en Checoslovaquia, goza, según medios bien informados, de la protección de su tocayo y secretario del Comité Central, Alexander YakovIev.

El encuentro de seis horas que el líder Mijail Gorbachov mantuvo el pasado febrero con representantes de la Prensa marca, según algunos observadores, el punto de inflexión o freno en la campaña de glasnost en marcha. Gorbachov marcó entonces las reglas de juego de la crítica y advirtió contra la desorientación de los ciudadanos.

Dos veces se ha reunido el líder con los periodistas, y, según Afanasiev, la primera llamada de teléfono que hizo Gorbachov, "literalmente una hora después del fin del 27º congreso, fue una llamada a Pravda". Afanasiev no reveló cuál fue el motivo que impulsó a Gorbachov a coger el teléfono en aquella ocasión.

El entramado informativo

En la URSS, los medios de comunicación son propiedad estatal y están vinculados a las organizaciones políticas, sociales o económicas. Hay aquí órganos de instituciones políticas, como son Pravda o Izvestia, órganos del Comité Central del PCUS y del Gobierno, respectivamente. Hay órganos de ministerios y de asociaciones profesionales (Literaturnaia Gazeta es el órgano de la Unión de Escritores, por ejemplo), periódicos especializados en medicina o enseñanza.Toda la estructura informativa, que agrupa miles de títulos y millones de ejemplares, está en última instancia subordinada al aparato del Comité Central del PCUS, de donde surgen también las subvenciones. En 1987, el Estado soviético ha recibido 2.000 millones de rublos en concepto de suscripciones de Prensa, un sistema muy extendido en la URSS.

Una ley de prensa, que se revela más conflictiva de lo previsto en su elaboración, deberá regular en el futuro la situación en los medios de comunicación, que se siguen rigiendo hoy por decretos como el de 1917, que declara la guerra a las publicaciones contrarrevolucionarias.

La ley, que podría transformarse o complementarse con otra ley sobre glasnost, deberá, entre otras cosas, garantizar una protección al periodista. Un veterano de cinco congresos del ramo, Evgueni Riabchikov, aseguraba en el último de ellos que la ley de Prensa comenzó a anunciarse hace 15 años. Y hasta ahora...

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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