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Alergia, una enfermedad estacional, que afecta a millones de españoles

Más de 7.000 personas figuran en las listas de espera

La explosión que ha habido en los últimos años de las afecciones de origen alérgico, relacionadas con los nuevos hábitos de vida y cambios en la alimentación, tiene su reflejo en las largas listas de espera para recibir asistencia sanitaria en la Seguridad Social. Actualmente las consultas de alergia son las que registran, con 7.190 personas inscritas, el mayor número de pacientes, y esa cifra aumenta siempre en primavera. Aproximadamente entre un 10% y un 15% de la población sufre rinitis alérgicas, pero al tiempo muchos alergólogos aseguran que su especialidad se considera el cajón de sastre al que van a parar todas las reacciones inexplicables.

El 12,80% (7.190 personas) de los pacientes que figuran en la lista de espera de la Seguridad Social deben ser atendidos por un alergólogo. El elemento común de todos los alérgicos es que su organismo se pone alerta y sufre alteraciones desproporcionadas, que pueden incluso causarle la muerte, ante una sustancia inofensiva para el resto de los mortales. En los estudios más recientes se calcula que entre el 10% y el 15% de la población general padece rinitis alérgica. En total hay seis millones de españoles, en menor o mayor grado, que sufren manifestaciones de tipo alérgico. Éstas se presentan con mayor frecuencia en niños o jóvenes que en adultos, y en mujeres más que en varones. Se ha observado también una mayor incidencia en el medio urbano que en el rural, y por ello se relaciona a las alergias con cambios en la alimentación y nuevos hábitos de vida. Continuamente se descubren nuevas sustancias y productos que producen alergia.Se sabe que las reacciones que se desencadenan en un proceso alérgico están relacionadas con complicados mecanismos del sistema inmunológico, pero en la génesis de las alergias subsiste un algo de misterio, y quizá por ello reacciones inexplicables del organismo se diagnostican como alérgicas. El sistema inmunitario tiene como misión reconocer los elementos ajenos al organismo, valorar si se trata de una agresión y, si es así, determinar la magnitud de la respuesta necesaria para frenarla. Pero el sistema inmunológico de las personas alérgicas identifica como agresor a un elemento que realmente no lo es, desencadenando frente a él una respuesta exagerada. En las rinitis alérgicas, por ejemplo, el proceso se desencadena cuando se introducen en las vías respiratorias altas ciertas sustancias (denominadas antígenos o alérgenos) que determinan en las personas predispuestas la formación de unas sustancias antagonistas específicas (anticuerpos) en grandes cantidades.

Inhalación

Si el antígeno penetra de nuevo en el organismo y se encuentra ante esos anticuerpos específicos se desencadena un conflicto entre ambos que se manifiesta con una reacción patológica. En esta reacción se libera una serie de sustancias activas (histamina y otras) responsables de los síntomas característicos de esta enfermedad. En resumen, la mucosa nasal de los sujetos alérgicos reacciona exageradamente ante la inhalación de determinadas sustancias externas. El cuadro clínico se caracteriza por congestión nasal habitualmente intermitente con picazón, secreción acuosa y estornudos, y a menudo se asocia con ojos rojos con picazón y lagrimeo.El signo más característico de la enfermedad es la recurrencia de los síntomas como respuesta a la exposición a las sustancias que la provocan. Las alergias más conocidas se producen por inhalación y encuentran en esta época del año el caldo de cultivo adecuado. Hacia el final de la primavera y durante el verano los pólenes que hay en el aire, procedentes tanto de las gramíneas como del césped y los árboles, son los principales responsables. La aparición de lo síntomas depende de la época de polinización de cada tipo de planta responsable de la rinitis y se puede decir que "cada sujeto tiene su primavera". El polvo casero, los ácaros y la caspa de los animales domésticos son otros estimulantes frecuentes de las alergias por inhalación. Otros tipos de alergias se clasifican como alimenticias, por contacto y medicamentosas.

Alimentación

Los mohos y ciertos alimentos como la leche de vaca, los huevos, las bebidas fermentadas y las frutas agrias suelen producir un cuadro de rinitis continua durante todo el año. También influyen otros factores, como los cambios climatológicos (entre tiempo húmedo y templado), los contaminantes atmosféricos, residuos industriales, factores psicológicos y productos químicos como tintes y conservantes alimentarios. Se conocen casos extremos como el de Amanda Strang, que sufría un "síndrome alérgico total". Amanda reaccionaba sobre todo frente a los derivados del petróleo y tenía que vivir aislada en su casa.Se ha comprobado que sólo los sujetos con síntomas suficientemente severos como para interferir con su trabajo, descanso o sueño consultan al médico, y como consecuencia de la enfermedad provocan una gran repercusión socioeconómica por el absentismo laboral y escolar que produce. La rinitis recurrente no tratada en niños puede causar deformidades faciales o dentales, irritabilidad crónica y dificultades escolares por problemas de concentración.

El mejor tratamiento consiste en evitar el contacto con el desencadenante de la reacción, pero algunos antígenos -como los ácaros- son muy difíciles de evitar. Estos parásitos viven en la ropa y se alimentan de las descamaciones que día a día sufre la piel humana. Encuentran, por tanto, una fuente continua de alimentación. Se ha comprobado con estudios clínicos que las vacunas son eficaces, al igual que los antihistamínicos -fármacos que anulan el efecto de la histamina responsable de las manifestaciones clínicas-, para combatir y controlar los síntomas.

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