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SANIDAD

Varios anestesistas del Ramón y Cajal persisten en pedir medidas especiales para atender a enfermos del SIDA

Varios de los anestesistas que comunicaron a principios de febrero a la dirección del hospital Ramón y Cajal de Madrid que no prestarían asistencia en cirugía programada a enfermos del SIDA si no se tomaban medidas para evitar un posible contagio ratificaron ayer su postura. El gerente del centro, Luis Fernández Coronado, afirmó que en el hospital no se ha producido ningún problema por falta de asistencia a estos enfermos y que no existen motivos que justifiquen el miedo del personal sanitario, ya que el hospital cumple todas las normas internacionales para cuidados de enfermos de SIDA.

Concepción Botello, Mari Luz Román, Mercedes Pliego, José Luis Fernández y Marisa Gutiérrez, cinco de los 19 médicos firmantes del documento, que ayer se encontraban en el hospital, afirmaron que mantienen su postura. Estos anestesistas comunicaron el pasado 3 de febrero al gerente del hospital que no prestarían asistencia en cirugía programada a enfermos del SIDA hasta que se subsanaran las deficiencias existentes para evitar un posible contagio.En su nota denunciaban que los enfermos del SIDA utilizan la misma zona hospitalaria y los mismos medios materiales y personales que los otros pacientes. Los cinco anestesistas manifestaron que hasta un mes después de su denuncia no llegaron a los quirófanos las bolsas de sangre con la garantía de haber sido sometidas a la prueba del SIDA.

Respuesta

"Sobre las demás denuncias no hemos obtenido más respuesta que una carta del gerente, en la cual demuestra que no ha entendido nada de lo que decimos; primero, nos amenaza con tomar medidas, y, después, nos dice que tenemos toda la libertad para pedir la baja en nuestro trabajo", afirmaron los anestesistas.Según el gerente del hospital, Luis Fernández Coronado, en el último mes se han realizado con normalidad intervenciones a enfermos del SIDA. Del personal médico del centro, 88 son anestesistas. Los 19 firmantes de la nota pertenecen todos al servicio del doctor Ascorve Domingo. "La decisión de analizar las muestras de sangre", dice Fernández Coronado, "se tomó antes de que surgiera el conflicto con ese grupo de anestesistas y en el hospital se cumplen todas las recomendaciones de la comisión de SIDA y del servicio de medicina preventiva, que coinciden plenamente con las efectuadas por el Centers for Disease Control (CDC) y la American Hospital Association". En el Ramón y Cajal se han controlado, hasta el momento, a 729 enfermos de alto riesgo de padecer SIDA. De ellos, 500 dieron positivo en las pruebas y 24 desarrollaron la enfermedad.

"Desde que manifestamos nuestra postura no ha habido intervenciones a pacientes con SIDA en nuestro servicio. Las medidas de seguridad recomendadas no se cumplen, porque no nos dan medios para ello", explicó Marisa Gutiérrez. "En ningún momento nos negamos a atender a una urgencia, pero ni siquiera nos comunican cuando un paciente tiene SIDA, a veces nos enteramos cuando ya está en la mesa de operaciones", añadió.,

"Nuestra reacción se desencadenó porque programaron para cirugía a un enfermo de SIDA que llevaba dos meses ingresado y se le iba a hacer una biopsia pulmonar para confirmar el diagnóstico. La prueba podía esperar y había tiempo para preparar el material (gafas, guantes, batas, etc.) para aislarlos de la sangre y otros fluidos del paciente, pero no pudimos contar con él".

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