Ecuador confirma la suspensión de pagos de su deuda externa hasta finales de año

El presidente de Ecuador, León Febres Cordero, ha confirmado la suspensión del servicio de la deuda exterior ecuatoriana, que asciende a 8.600 millones de dólares, a la banca privada internacional, al mismo tiempo que ha anunciado la puesta en marcha de un programa de austeridad. La decisión de suspender el pago de la deuda hasta finales de año se debe sobre todo a las pérdidas ocasionadas por el reciente terremoto sufrido por el país.

El terremoto ocurrido durante el pasado día 5 de marzo ha causado pérdidas materiales por valor de 1.000 millones de dólares. Una de las más importantes ha sido la del oleoducto transecuatoriano, cuya destrucción ha dejado paralizadas las exportaciones de crudo. Justamente, el 65% de los ingresos del Estado ecuatoriano provienen de la exportación de 144.000 barriles diarios de petróleo, informa Efe.El presidente Febres Cordero realizó el pasado viernes un recorrido por las zonas más afectadas por el terremoto.Posteriormente, durante una conferencia de prensa celebrada en la población amazónica de Lago Agrio, el presidente ecuatoriano aseguró: "No me avergüenzo en decirlo: no hay cómo pagar, y tenemos que ratificar la suspensión de pagos a la banca internacional".

Febres Cordero recordó también que el pago de los intereses de la deuda exterior de su país ya había sido suspendido en enero por falta de divisas. "Si ahora tenemos que paralizar las exportaciones de petróleo durante cuatro o cinco meses -mientras dure la reparación del oleoducto-, no hay forma material de pagar el servicio de la deuda exterior", afirmó el presidente.

Al mismo tiempo, el ministro de la Presidencia, Patricio Quevedo, anunció ayer un programa de austeridad que incluye recortes presupuestarios de hasta un 10%, informa Reuter. Quevedo manifestó por televisión que el precio del petróleo sufrirá aumentos de hasta el 80%, que las tarifas de los transportes serán incrementadas y que el coste de 20 productos de consumo básico será congelado.

Por otro lado, las tropas del Ejército brasileño abandonaron ayer nueve refinerías de petróleo y seis fábricas de la compañía nacional de petróleo (Petrobras), que fueron militarizadas el pasado martes para impedir las acciones de protesta de los trabajadores.