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El presidente Lusinchi explica la renegociación de deuda por 21.000 millones de dólares

Venezuela no ha actuado a espaldas de otros países deudores latinoamericanos ni ha abandonado la solidaridad al acordar recientemente con la banca internacional la nueva refinanciación de su deuda pública externa de 21.000 millones de dólares, afirmó ayer el presidente Jaime Lusinchi, en un mensaje a la nación, a través de la radio y la televisión, con motivo del tercer aniversario de su Gobierno.No hubo anuncios de nuevas medidas económicas, sino un recuento anual de la actuación ejecutiva durante 1986 y una proyección de lo que será para los dos años que faltan para concluir el período presidencial, reiterando las políticas ya iniciadas en el marco de la crisis producida por la fuerte caída de los precios petroleros del año pasado.

En su larga exposición, caracterizada por un tono optimista, el presidente puso especial énfasis sobre el tema de la deuda externa, aclarando los motivos que lo condujeron a pactar con los acreedores el nuevo convenio de reestructuración externa.

Los términos acordados el 27 de febrero último establecen la ampliación a trece años y medio (18 meses más que el convenio anterior) para la amortización del capital, empezando por pagar 250 millones de dólares este año y concluyendo con 2.338 millones en 1999; la rebaja a 7/8% del margen aplicable para las tasas libor (precio del dinero en el mercado interbancario de Londres) al igual que para los intereses fijos; sin años de gracia y la promesa de futuros préstamos.

Este acuerdo ha sido objeto de encendidas críticas por parte de los economistas y políticos de la oposición, quienes lo calificaron de desventajoso, pírrico y apresurado, alegando que el Gobierno venezolano pudo mejorarlo aprovechando el ambiente presentado por la suspensión del pago de Brasil, la actitud solidaria de Argentina y las amenazas de México.

Exigencias de la banca

Respondiendo a tales críticas, Lusinchi aclaró que fue necesario firmar en esos términos dadas las exigencias de los banqueros. Reconoció que ningún Gobierno se ha visto obligado a pagar de esa manera. Respecto a diferir los mayores pagos al futuro, dijo que si su Gobierno no había contraído ese endeudamiento, que tampoco fue destinado para financiar el desarrollo, "no era justo que lo pagáramos todo nosotros". En compensación subrayó la posibilidad de una apertura de nuevos, créditos externos para Venezuela.El presidente rechazó la acusación de que Venezuela no procedió en forma solidaria con los otros deudores de América Latina, mencionando su apoyo en el consenso de Cartagena y en otros foros internacionales. "Hemos negociado individualmente, pero no hemos hecho nada distinto a lo que han hecho otros países, incluso los del bloque socialista. Y es que no se pueden trasladar las condiciones y características de un país a otro. Venezuela siempre ha cumplido".

Frente a la situación petrolera, dijo que la política venezolana de internacionalización se asegura la colocación de 250.000 barriles diarios de petroleo y la participación mixta con otras empresas extranjeras como las Veba Oel de la República Federal de Alemania, las Citgo de Estados Unidos, las Minas Petroleum de Suecia; y una nueva adquisición de la refinería Champling (Texas, Estados Unidos), con la cual aumenta 140.000 barriles diarios adicionales de vent a fija.

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