El grupo italiano Montedison invertirá 11.000 millones de pesetas en España tras la compra de Antibióticos
La multinacional química italiana Montedison invertirá 11.000 millones de pesetas en España durante los tres próximos años, de acuerdo con el plan de inversiones presentado a principios de esta semana en el Ministerio de Industria y Energía. Tras la presentación de este plan, la operación de compra de Antibióticos por Montedison cuenta con el visto bueno de la Administración española, en espera de la resolución de la Dirección General de Transacciones Exteriores, cuya comisión dará seguramente mañana, viernes, su aprobación a la inversión de Montedison.
El grupo Montedison dio anteayer el aldabonazo informativo en Italia al hacerse público que el mayor accionista individual, Raúl Gardini, dueño del grupo agroalimentario Ferruzzi, ha aumentado su participación accionarial del 26,6% al 36,6%, con lo que se convierte con mucho en el primer accionista individual de Montedison, el segundo grupo empresarial transalpino, tras Fiat y por delante del propio Ferruzzi. El golpe de mano de Gardini, un multimillonario con fama de enigmático, convulsionó ayer el mundo económico italiano y levantó algunos interrogantes sobre el futuro del acuerdo Montedison-Antibióticos.Prensa especializada y medios económicos milaneses consultados por este periódico consideran que Mario Schimberni, presidente de Montedison, ha pagado un precio demasiado alto por Antibióticos. Mario Conde, consejero delegado de la firma española y alma mater del acuerdo con Montedison, declinó ayer efectuar cualquier comentario sin conocer los detalles de la operación italiana. Ayer se supo que la cifra ajustada del acuerdo de compra del 100% de Anubíóticos es de 57.500 millones de pesetas, en lugar de los 58.200 publicados, de los cuales 1..500 corresponden a la filial Inmunología y Alergia, SA, del grupo español.
De los 11.000 millones comprometidos por Montedison como inversión en España, en torno a 7.000 millones lo serán en activos materiales, centrados básicamente en la mejora de las instalaciones de la planta de fermentación de León, y algo más de 1.500 millones irán a parar a tareas de investigación. Este programa de inversiones, que para la Administración supone prueba fehaciente del compromiso de Montedison para con el futuro de Antibióticos, se plasmará en un compromiso suscrito por las partes y remitido al Ministerio de Industria y Energía.
Jaque mate de Gardini
En el frente italiano, el jaque mate de Gardini dentro de Montedison promete convertirse en uno de los acontecimientos económicos del año en Italia. Raúl Gardini, dueño de Ferruzzi y uno de los mayores terratenientes italianos, había adquirido en octubre pasado el 26,6% de Montedison. Gardini había llegado a Montedison de la mano del propio Schimberni, presidente del grupo, con quien le unía una fuerte amistad. Las estrategias, sin embargo, eran divergentes. Schimberni se quejaba de la fragmentación del accionariado de Montedison, circunstancia de la que sacaba provecho un grupo accionarial de industriales que, capitaneados por el magnate de la Fiat, Giovanni Agnelli, coartaba su capacidad de decisión de la gerencia del grupo químico.A Gardini, propietario también de Silos, SpA, dedicada al almacenamiento de grano, y Eridania, la mayor azucarera italiana, le interesaba la tecnología Montedison para llevar a cabo su gran proyecto: la utilización industrial de los excedentes agrícolas de la CE para su conversión en etanol. Con el 26,6% de Montedison y el grupo de Agnelli desalojado, Gardini pasó a ocupar la vicepresidencia del grupo y un puesto en el comité ejecutivo. Las relaciones con Schimberni comenzaron a deteriorarse. ¿Quién mandaba realmente?
Lucha por el poder
A través de Silos, Gardini ha comprado el 10% que estaba en manos de Gianni Varasi -un fabricante de barnices y pinturas, también vicepresidente de Montedison, a quien en Milán se considera "una criatura" del propio Schimberni-, Raúl Gardini ha pasado a controlar el 36,6% del gigante Montedison, muy lejos del 6% que detenta Mediobanca, el segundo accionista, dejando al margen otro 10% de las acciones de Montedison sobre las que nadie sabe en manos de quién están, aunque muchos apuntan en Milán al propio Schimberni.El golpe de Gardini se produce sólo días después de que la comisión antimonopolio de Reino Unido le vetara la compra del 70% de British Sugar, el primer productor de azúcar británico. Gardini se ha sacado pronto la espina. En una posición dominante y ya como único vicepresidente, tiene las manos libres para luchar por la vicepresidencia. Schimberni se ha enterado por los periódicos del avance de los peones de Gardini sobre el tablero de Montedison. La lucha entre los dos antiguos amigos se torna apasionante.
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