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Problemas de Yugoslavia para pagar la deuda externa

El primer ministro yugoslavo, Branko Mikulic, ha planteado el peligro de que Yugoslavia no pueda seguir pagando puntualmente su deuda externa de 19.000 millones de dólares en una exposición ante el Parlamento federal, en la que pidió medidas de austeridad, disciplina empresarial y congelación parcial de salarios."Yugoslavia es uno de los raros países deudores que están al día de sus obligaciones crediticias, pero si nos dejaran de apoyar podría producirse una situación que no convendría a nadie, ni a nosotros ni a nuestros deudores", afirmó Mikulic en un discurso reproducido a dos páginas en toda la prensa de ayer.

Si Belgrado no se decide a depreciar su moneda, las exportaciones seguirán cayendo y las importaciones subiendo, con peligro para el pago de la preocupante deuda exterior, de 19.000 millones de dólares.

"Todos los especialistas están de acuerdo en que la devaluación se avecina", afirmaba un diario belgradense, en contra de la opinión del gobernador del banco nacional, que señalaba la no necesidad de devaluar.

Cuando nació el plan Eureka, de desarrollo tecnológico europeo, la Liga de los Comunistas de Yugoslavia dio muestras de ciertos reparos políticos ante una iniciativa a la que se le suponían visos de guerra fría. Más tarde las empresas autogestoras de alta tecnología presionaron para que el país tuviera acceso al proyecto. Entretanto, el plan Eureka se había cerrado a la plena participación yugoslava por decisión de sus iniciadores.

El diario Delo, de Eslovenia, la más desarrollada de las seis repúblicas yugoslavas, aireó la carta de un lector en la que éste afirmaba que sí la federación se decidía en favor de la Iniciativa compleja, respuesta del Este al plan Eureka, Yugoslavia entraría por la puerta de la cocina en la esfera del Pacto de Varsovia.

Proyecto Eureka

Advierte ahora Mikulic de que "si nos impiden entrar en el plan Eureka de desarrollo tecnológico crecerán nuestras dificultades para soportar el fardo de la deuda". Tras el ligero alivio que supuso para los trabajadores yugoslavos el año pasado, durante el que sus salarios reales crecieron por primera vez desde 1981, el primer ministro anuncia ahora una congelación salarial parcial sobre la que presionará una inflación que el año pasado fue de 90 puntos.A la vez, el Gobierno ha desatado una campaña de críticas contra la derecha y varios comentarios aparecidos en la prensa de la no alineada Yugoslavia, la más crítica y desbandada de los países socialistas.

El ministro del Interior, Dobrosav Culafic, atacó el jueves a quienes piden la reinstauración de la democracia pluripartidista. Reconoció el ministro que entre 1981 y 1985 se procesó por crímenes políticos a 1.652 personas, 552 en base al discutido artículo 133 del Código Penal, que tipifica supuestos delitos de propaganda hostil.

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