Shultz llega hoy a Pekín, en un momento de lucha por el poder en China
La visita de cinco días a China que inicia hoy el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, adquiere una dimensión de capital importancia política, al tratarse del primer alto dignatario occidental que se entrevistará con los principales dirigentes chinos desde la crisis política abierta a comienzos de año en China entre conservadores y reformistas por la dirección de los asuntos del país más poblado de la Tierra, cuenta con 1.060 millones de habitantes."China quiere importar tecnología occidental, pero no sus estilos de vida o ideologías", comentan en Pekín los partidarios de la línea conservadora del Partido Comunista Chino (PCCh), actuales protagonistas de una lucha por el control de los asuntos políticos y económicos chinos cara al próximo 132 congreso general del PCCh, en octubre.
Todos los indicios apuntan a que los conservadores son los actuales ganadores, tras las protestas estudiantiles del pasado mes de diciembre, que concluyeron con la destitución de Hu Yaobang, secretario general del partido y uno de los hombres de confianza del principal líder chino y artífice de la reforma aperturista, Deng Xiaoping.
Hu Yaobang, primera cabeza pedida por los conservadores, fue sustituido el pasado 16 de enero por Zhao Ziyang, que acumula actualmente los cargos de primer ministro y secretario general del PCCh. Zhao Ziyang, otro firme partidario de la línea reformista y aperturista de Deng desde que fue implantada en el 11º congreso del PCCh, en 1978, intentó tranquilizar desde el primer momento con declaraciones de que la campaña contra el liberalismo burgués lanzada por los conservadores se limitaría tan sólo a los miembros del PCCh.
Sin embargo, en los últimos días proliferan en la Prensa china artículos favorables a una amplia campaña antiliberalismo burgués, que debe aplicarse en las escuelas, en las fábricas, en el ejército y en todos los estamentos de la vida china. Esta campaña supone un claro contraste con el aperturismo económico, cuyos primeros beneficios están empezando a disfrutar los chinos.
En algunos medios diplomáticos y periodísticos occidentales de Pekín comienzan a interrogarse seriamente sobre la firmeza del control del poder que ejerce Deng Xiaoping.
"No hay cambios en la política de puertas abiertas hacia el exterior", dicen y repiten los dirigentes del ala liberal del PCCH, un tanto en aras de tranquilizar y mantener la atracción de una inversión extranjera en tecnología y capital que cada vez parece encontrar mayores dificultades en China.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.