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El Gobierno aprueba la liberalización del pasivo y rebaja al 11% el coeficiente de inversión obligatoria

El Consejo de Ministros aprobó ayer un amplio paquete de medidas liberalizadoras del sistema financiero español, entre las que se encuentra la reducción del coeficiente de inversión obligatoria del 23% actual al 11 % y una modificación en los mecanismos de crédito a la exportación para que se puedan realizar operaciones en pesetas y no sólo en divisas. La semana próxima, el Ministerio de Economía publicará una orden por la que se liberalizan los tipos de interés aplicables a los depósitos en cuentas corrientes o a menos de seis meses de plazo. Los grandes bancos nacionales no han tomado ningún acuerdo para poner límites a la retribución de los depósitos.

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La liberalización del sistema financiero aprobada ayer por el Gobierno, y que entrará en vigor a partir del monento de la publicación de los textos en el Boletin Oficial del Estado, supone eliminar la mayor parte de los circuitos privilegiados de crédito existentes hasta ahora en el sector, estabIeciendo con claridad los niveles de subvención que se considere necesario conceder a diversas actividades, al tiempo que se reconoce la necesidad de que sea el mercado el que fije las condiciones de retribución de los depósitos en bancos y cajas para cualquier tipo de plazo.El coeficiente de inversión obligatoria ahora reducido se dividía en dos tramos: el de regulación, monetaria y el de inversión en sectores productivos. El primero de ellos permanece inalterable, y representa que el 10% del pasivo debe invertirse en pagarés del Tesoro; este coeficiente podría llegar a ampliarse en caso de necesidad hasta el 12%. La parte de inversión obligatoria, que se reduce del 13 % actual al 1 %, es la que se tenía que cubrir para financiar exportaciones, vivienda bienes de equipo, agricultura, autonomías y un largo número de pequeños sectores.

La redacción del decreto establece que a partir de su entra da en vigor los bancos y cajas de ahorro no tendrán obligación de seguir prestando nuevos recursos para financiar a ninguno de estos sectores -salvo el 1%, que quedará para cubrir con emisiones de las comunidades autónonmas-, aunque los fondos hasta ahora colocados deberán mantenerse hasta el vencimiento de las operaciones. Ello significa que la reducción real del coeficiente tardará algo menos de cinco años en llevarse a cabo totalmente, aunque el peso relativo de los fondos cautivos irá disminuyendo de año en año en función de los vencimientos y del aumento de depósitos que tengan las entidades.

Mantener la financiación

La desaparición de este del coeficiente de inversión obligatoria no significará, según los expertos, que descienda el volumen de recursos que los sectores hasta ahora privilegiados han venido recibiendo. Según estas fuentes, bancos y cajas de ahorro tendrán que seguir prestando dinero a estas actividades, porque tampoco hay muchos más en los que invertir, aunque las condiciones de tipos de interés y de plazos se ajustarán más a los vigentes en el mercado.La otra cara de la moneda de la liberalización decidida por el Consejo de Ministros es la autorización para que las instituciones financieras paguen lo que consideren prudente por los depósitos en cuentas corrientes y por imposiciones a nienos de seis meses de plazo o de menos de un millón de pesetas, y que las comisiones por operaciones financieras se pacten ente las partes.

El presidente de la patronal bancaria, Rafael Termes, había señalado la necesidad de que cualquier liberalización del pasivo debía ser acompañada de una medida similar en la reducción de los coeficientes obligatorios. La retribución de estos depósitos estaba regulada hasta ahora administrativamente. La orden del Ministerio de Economía y Hacienda establece que habrá libertad de tipos para cualquier clase de depósito y plazo, y los grandes bancos nacionales, que durante un cierto tiempo trataron de llegar a un acuerdo marco de condiciones mínimas de exigencia de fondos, han renunciado a ello, por considerar que su cumplimiento sería muy difícil y que además, podrían ser acusados de limitar la competencia.

Esta liberalización del pasivo bancario se ha llevado a cabo de hecho en los últimos meses con la aparición de las llamadas cuentas de tesorería y con la decisión de vincular los depósitos temporales de las grandes empresas a las oscilaciones que presentaba el tiro de interes del mercado interbancario de Madrid. Por ello, algunos bancos consideran que el previsible encarecimiento de sus recursos ajenos se ha producido ya en su mayor parte y que la liberalización ahora aprobada no debería incidir mucho en sus costes financieros. Otros bancos, por el contrario, calculan que aún está todo por hacer y que el mayor coste podría situarse en unos 100.000 millones de pesetas para 1987.

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