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Gorbachov prevé baches en el proceso de 'perestroika'

Pilar Bonet

El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, defendió ayer su política de reestructuración (perestroika) de los ataques de sus enemigos en el interior de la URSS y denunció la utilización de los cambios en marcha, tales como las elecciones con pluralidad de candidatos en las empresas, por los sectores sociales opuestos a ellos. En un discurso ante el congreso de los sindicatos, que se celebra actualmente en Moscú, Gorbachov afirmó que la democratización propugnada es un proceso no fácil ni corto, en el que aparecerán, "si no barrancos, sí baches".

A través de su defensa de la política de transformación emprendida, Gorbachov proporcionó una amplia visión de los argumentos de quienes se oponen al cambio, y reveló que el pleno del Comité Central dedicado a cuadros y celebrado en enero fue aplazado tres veces porque su preparación resultó "difícil" y existían desacuerdos sobre el alcance de los cambios.Gorbachov insistió en la necesidad de seguir adelante con la democratización y reestructuración, y consideró que 1987 es un año decisivo para la perestroika. Pero lamentó que los primeros resultados económicos del año indiquen que no existe "una tendencia estable del desarrollo económico,". Gorbachov criticó al Gosplan y a las entidades de administración económica por haber permitido que algunas ramas de la industria, como la metalurgia, la química y la electrónica comenzaran a tener dificultades desde noviembre pasado.

Gorbachov se refirió a la resistencia a los cambios procedente del partido, de los sindicatos y de los mismos obreros, y admitió que entre quienes se oponen a la perestroika no sólo hay gente interesada por comodidad, apatía o provecho material, sino también gente "honrada" prisionera de "antiguas ideas" y "no consciente" de la "gravedad y urgencia de los problemas surgidos ante la sociedad".

Intereses fundamentales

Gorbachov afirmó que existen intereses "fundamentales" y "fugaces". La perestroika, al igual que la paz de Brest-Litovsk, por la cual la URSS perdió en 1918 unos territorios occidentales que recuperaría con creces más tarde, pertenecen a la primera categoría, según Gorbachov."No hay opción. O democratización o inercia y conservadurismo social. No existe una tercera vía", señaló Gorbachov, que insistió en la movilización de la gente como condición para que la reestructuración no empiece a "derrapar". En la práctica, la reestructuración pasa ya por el control estatal o gospriom en las empresas, autofinanciación, autogestión, elecciones, control y transparencia informativa, según dijo el líder soviético.

Gorbachov lamentó que el nuevo sistema electoral en las empresas, con candidatos comunistas y sin partido, haya producido casos en los que se elige no los trabajadores "más capaces", sino los "más cómodos", los que saben "servir" a la dirección y "no molestar a los suyos". La solución no está, según Gorbachov, en Ia vuelta atrás a métodos administrativos", sino en mecanismos como la transparencia informativa y la actividad de organizaciones sociales.

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Gorbachov apoyó la crítica como "norma de vida", pero señaló que las "inexactitudes en los hechos y el sensacionalismo" en la Prensa "hacen el juego a quienes temen la transparencia y la crítica". La perestroika no supone "apartarse del socialismo", sino"reforzar su potencial", ni es un "debilitamiento de la dirección", ni "se opone al orden, a la disciplina y la responsabilidad", ni es un "descontrol" ni la "permisividad total", dijo Gorbachov saliendo al paso a los argumentos utilizados contra los cambios.

El líder soviético dijo que la democracia supone "un orden más alto" y es un "autocontrol de la sociedad, basado en la confianza hacia la madurez ciudadana". Criticó Gorbachov a quienes afirman que los trabajadores no están preparados para la democracia y afirmó que quienes sostienen este argumento son por lo general quienes no quieren la "reestructuración", porque se les exige más. Dejar la política de "reestructuración" sería "renunciar a los intereses del socialismo" y "servir a los intereses y ambiciones de algunos".

Los sindicatos soviéticos de la perestroika deben ser, según Gorbachov, un "contrapeso" a las "tentativas tecnocráticas" en la economía, incidiendo en el aspecto social de las decisiones económicas. Los sindicatos, con 140 millones de afiliados, no sólo deben sancionar los planes, sino participar en su elaboración y "en caso necesario ofrecer una propuesta alternativa".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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