Los inversores brasileños se refugian en activos seguros y provocan una fuerte subida del valor del dólar y del oro
ENVIADA ESPECIALLa noticia de la suspensión de pagos de la deuda externa brasileña ha provocado una carrera de los inversores en busca de los activos financieros considerados tradicionalmente más seguros, el oro y el dólar. Los precios del oro subieron un 35,3% la pasada semana, mientras que la moneda norteamericana llegó a cotizarse en el mercado negro a 35 cruzados, lo que supone una diferencia del 70% con respecto al cambio oficial. Por el contrario, las bolsas de valores registraron fuertes pérdidas. Asimismo, los rumores sobre la próxima puesta en marcha de nuevas medidas económicas, que podrían incluir la congelación de los depósitos bancarios y las colocaciones overnight, han hecho que muchos inversores retiren esos depósitos.
El pasado viernes, en un solo día, el dólar se revalorizó un 9,6% mientras que el oro lo hizo en un 10%. En el mercado negro, la moneda norteamericana se cotizó a 36 cruzados con un alza del 70% sobre el cambio oficial. Ese viernes, el día en que el presidente brasileño comunicó al mundo su decisión de no pagar los intereses de la deuda, más de 700 kilos de oro cambiaron de mano, y el coste de este metal registró un alza del 35,3% en una sola semana. Un gramo de oro, que se pagaba el martes a 337 cruzados, valía ayer 456 cruzados.
Por el contrario, las bolsas de valores sufrieron fuertes pérdidas. Las acciones de Petrobras, el holding petrolero del país y uno de los valores que mayor influencia tiene en el mercado de Sao Paulo, cayó un 26,51% la semana pasada. Globalmente, el índice de la bolsa de Río experimentó una caída del 11,7%, mientras que la de Sao Paulo, la mayor de Brasil, bajó un 6,4%.
Asimismo, las probabilidades de que el Gobierno decrete a finales de esta semana, aprovechando el comienzo del carnaval, nuevas medidas económicas, son cada día mayores. Los inversores temen, sobre todo, que el Gobierno decrete la congelación de los depósitos bancarios y de las colocaciones overnight. El ministro de Hacienda, Dilson Funaro, ha asegurado que no intervendrá en los mercados financieros, aunque ha confirmado que su Gobierno estudia la puesta en marcha las nuevas medidas para ajustar precios y salarios.
Síntomas de recesión
Y aunque el Gobierno se niega a admitir que el país está entrando en una recesión, muchos economistas y empresarios, brasileños afirman que empiezan anotarse los primeros síntomas: el comercio está vendiendo menos, los bancos pierden depósitos y el poder adquisitivo de los trabajadores se reduce.En el pasado mes de enero, los bancos registraron una caída del 25% en el volumen de sus depósitos. Según el banco central brasileño, en diciembre de 1986 el volumen de depósitos alcanzaba los 368.000 millones de cruzados, cuando en enero esta cifra bajó hasta 90.000 millones. La reciente noticia de la suspensión de pagos y los rumores sobre una posible moratoria interna, han hecho caer aún más los depósitos bancarios. En estos momentos, los inversores brasileños prefieren dejar su dinero en cuentas corrientes hasta que la situación se clarifique y se den a conocer las nuevas medidas económicas internas.
Otro síntoma claro de la recesión es que los comerciantes se niegan a admitir tarjetas de crédito, temerosos de que la inflación -que se calcula sobrepasará el 20% en febrero- se coma sus ganancias. El pago a 30 días, les causaría un fuerte perjuicio en un momento de inflación acelerada. "Todos estamos trabajando con una previsión de inflación para este año de entre 150% y el 200%,", sentenciaba ayer un empresario de comercio de Río de Janeiro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.