Con los ojos puestos en Nador
F.ORGAMBIDES, La presencia de Aornar Mohamedi Dudú en Nador, a 14 kilómetros de Melilla, ha convertido a esta ciudad del Rif en algo más que un simple puesto de observación del Gobierno de Rabat sobre lo que pasa al otro lado de la frontera. Nador es hoy la ciudad marroquí que alberga a Dudú y, por ello, la base operativa desde donde se dirige ya la estrategia del colectivo musulmán en el interior de la vecina población de Melilla.
El Gobierno marroquí había venido actuando con una extraordinaria prudencia para no contagiar a Nador de los ánimos exacerbados de los musulmanes melillenses, pese al obligado cruce familiar histórico existente entre los que viven a uno y otro lado de la frontera.
Sin embargo, todo ha cambiado y hoy Nador se ha convertido en el cuartel general de Dudú, en un punto de partida de consignas y órdenes y en un lugar de peregrinaje obligado. La autoridad gubernativa marroquí es permisiva y tolerante, lo que significa, a juicio de observadores consultados, que Marruecos oficialmente ha pasado ya a actuar sobre el terreno.
Rabat continúa, por otro lado, su estrategia periodística proclive a la liberación" de las posesiones españolas en el norte de África. Los periódicos de la oposición, que desempeñan en Marruecos un papel de adelantados de lo que luego se convierte en postura oficial, han dado un salto en su escalada de descalificaciones y ahora acusan a los pobladores cristianos de Melilla de terroristas o afrikaners, en símil con los elementos blancos y racistas de África del Sur.
Dudú, primero tras su viaje en otoño pasado a Rabat y ahora con el cambio de residencia a Nador, se ha convertido, a juicio de observadores consultados, en un elemento totalmente marroquí. Como en su día lo fue el hoy ministro marroquí para Asuntos Saharianos, el saharaui Jali Hena Uld Rachid, dirigente del Partido de Unión Nacional Saharaui (PUNS), que se pasó a Marruecos antes de la marcha verde y de la posterior entrega del Sáhara.
No en vano Dudú, en lo que es público, reside libremente en un apartamento del centro de la ciudad, asistido por su cuñado Abdelaziz Uariachi, funcionario marroquí, y su lugarteniente, Jalifa Mohamed, el único cabecilla que escapó de la redada policial del pasado fin de semana.
Dudú recibe en su casa a sus seguidores y redacta desde allí los comunicados y consignas para el pueblo musulmán de Melilla; cuenta con una discreta protección de la policía local; pasea por las calles de Nador, donde es saludado con la señal de la victoria y ha obtenido el apoyo del gobernador de la provincia, Abdelhuaed Benjelun, uno de los hombres claves del ministro marroquí del Interior, Dris Basri, en lo que en Marruecos se conoce como "el dossier de Melilla".
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