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RELIGIÓN

Juan Pablo II critica las anulaciones de matrimonios basadas en motivos psíquicos

Juan Arias

Juan Pablo II dirigió ayer a los jueces de la Sagrada Rota un discurso muy duro, poniéndoles en guardia contra la tentación de aceptar acríticamente los juicios de psicólogos y psiquiatras en materia de nulidad matrimonial. Según el papa Wojtyla, en los últimos tiempos ha aumentado notablemente el número de anulaciones matrimoniales por motivos de "incapacidad psíquica". En realidad, el Papa condena en su discurso el hecho de que un juez eclesiástico acepte por bueno el peritaje hecho por un psicólogo o un psiquiatra que no profese una antropología cristiana.

El Papa no niega los adelantos de la ciencia psicológica en el conocimiento del ser humano, pero alerta a los jueces sobre "el deber de no dejarse sugestionar por conceptos antropológicos inaceptables que oscurecen la verdad de los hechos". Concretamente, explica Juan Pablo II a los jueces de la Sagrada Rota, sólo un psicólogo que admite "que el hombre ha sido creado a la imagen de Dios" puede comprender los problemas que encierra el matrimonio cristiano."La visión del matrimonio según ciertas corrientes psicológicas", asegura el Papa, "es tal que reduce el significado de la unión conyugal a simple medio de gratificación, o de autorrealización, o de comprensión psicológica". Esto explica, según Juan Pablo II, que los peritos que se inspiran en dichas corrientes ideológicas consideren "que cualquier obstáculo que signifique esfuerzo, empeño o renuncia, como también cualquier fallo de hecho de la unión conyugal, sea para ellos confirmación de la imposibilidad de entender y realizar el matrimonio".

Para el Papa, estos psicólogos "no consideran un deber de los esposos el empeño consciente de superar, aun a costa de sacrificios y renuncias, los obstáculos que se interponen a la realización del matrimonio, y por tanto, valoran cada tensión como signo negativo e índice de debilidad e incapacidad para vivir el matrimonio".

Según Juan Pablo II, una cosa es que ciertas dificultades psíquicas puedan reducir la libertad, y otra que priven de ella. La opiniones de estos psicólogos que profesan una antropología "incompatible con la cristiana", añade, "consideran con suma facilidad incluso leves psicopatologías y hasta deficiencias de orden moral como pruebas de incapacidad para asumir las obligaciones de la vida conyugal".

No dejarse engañar

Por tanto, según Juan Pablo II, "el juez no puede ni debe pretender del perito un juicio acerca de la nulidad matrimonial, y menos aún debe sentirse obligado por el juicio del mismo. La valoración acerca de la nulidad matrimonial compete únicamente al juez". Por eso el papa Wojtyla considera importante que, en su valoración de los hechos, el juez eclesiástico "no se deje engañar ni por íuicios superficiales ni por expresiones aparentemente neutrales que en realidad contienen premisas antropológicas inaceptables".

El Papa no especifica en todo su discurso cuáles son las corrientes antropológicas incompatibles con la fe cristiana, aunque da a entender que dichas corrientes psicológicas II nacen o bien de la idea pesimista según la cual el hombre no puede concebir otra aspiración que la que le imponen sus ,impulsos o sus condicionamientos sociales, o de la idea exgeradamente optimista según la cual el hombre posee en sí mismo su realización y puede conseguirla con sus propias fuerzas, sin acudir a Dios".

Según las primeras reacciones al discurso papal, que condena la mitad de la psicología mundial, el discurso evidencia la contradicción en la que se ha metido el Vaticano al haber aceptado como motivo de nulidad matrimonial la "incapacidad psíquica" de los cónyugues, sobre la cual es inevitable que los jueces se sometan, de algún modo, al juicio de los expertos de la ciencia psicológica o psiquiátrica.

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