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Decisiones sorprendentes con consecuencias imprevistas

Carlos Yárnoz

La escalada de violencia en Melilla tiene como precedentes inmediatos el autoexilio del dirigente Aomar Mohamedi Dudú a Nador (Marruecos) y el incremento de la presencia policial en la ciudad, sobre todo en los barrios musulmanes. Paradójicamente, una y otra medida han sido adoptadas, respectivamente, por un dirigente que hasta hace sólo dos meses era asesor del ministro del Interior y por un comisario de policía, Manuel Céspedes, cuyo primer cargo político es el de delegado del Gobierno en Melilla.La ley de Extranjería, que no hace referencia alguna a la irregular situación de las poblaciones musulmanas de Ceuta y Melilla, fue, en 1985, el origen de los problemas vividos en ambas ciudades en los últimos meses. Para calmar las pretensiones de los musulmanes, la Administración creó en febrero de 1986 una comisión mixta para negociar, fundamentalmente, el ritmo de concesiones de nacionalidad española a los musulmanes a quienes les correspondiera ese derecho, mientras el Gobierno se comprometía a no aplicar la Ley de Extranjería a los musulmanes que, aun no disponiendo de documentación oficial, pudieran acreditar su arraigo en Melilla y Ceuta.

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Durante las negociaciones, los musulmanes se quejaron repetidamente del lento ritmo de concesiones de nacionalidades, y los más radicales del movimiento llegaron a solicitar la ruptura de negociaciones, mientras los melillenses de origen español exigían mayor dureza del Gobierno y la sustitución del anterior delegado, Andrés Moreno.

En septiembre pasado, y para intentar solucionar esa situación, el Ejecutivo adoptó dos decisiones sorprendentes: nombrar a Dudú asesor oficial y a Céspedes, hasta entonces jefe de seguridad (de Moncloa, delegado del Ejecutivo. Inmediatamente después, dos detalles hicieron presagiar malas consecuencias: Céspedes no invitó a su toma de posesión a ningún dirigente musulmán y, semanas más tarde, Dudú se entrevistó en Melilla con autoridades marroquíes sin el conocimiento del Gobierno.

Retirada de solicitudes

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Con Dudú en Madrid, los dirigentes musulmanes más radica les propiciaron la ruptura de ne gociaciones con el Gobierno y, en una asamblea celebrada en Melilla el pasado 8 de noviembre, se decidió el regreso de Dudú y se declaró a Melilla "ciu dad árabe y magrebí". Frente a esta radicaliz ación, Céspedes ha venido insistiendo en que la si tuación está controlada en las calles", y ha elegido a un nuevo interlocutor con el Gobierno, llamado Ahmeli Moh. Céspedes afirmaba ayer, sin embargo, que Dudú, contra quien ha dictado una orden de detención acusán dole de "incitación a la rebelión", continua dirigiendo los movi mientos del colectivo. Hace cuatro meses, más de 7.000 rnusulmanes de Melilla habían pedido la nacionalidad española. Hoy, sus dirigentes desean que todas las solicitudes sean retiradas.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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