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Solchaga confirma que habrá una fuerte perdida de empleo en naval, siderurgia y bienes de equipo

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, aseguró durante su intervención en la reunión del Foro Económico Internacional celebrado durante el fin de semana en Davos (Suiza) que de aquí al final de la década se producirá en España una "importante contracción del empleo" en determinados sectores industriales. El ministro citó en concreto los de construcción naval, siderurgia, química pesada y bienes de equipo mecánicos y eléctricos. El ministro aseguró también que se estaba estudiando la posibilidad de reducir un 1% la cuota empresarial a la Seguridad Social durante 1987.

Las afirmaciones de Carlos Solchaga sobre la pérdida de empleo en estos sectores industriales vienen a ser un refrendo a nivel de Gobierno de las polémicas declaraciones efectuadas días pasados por el nuevo secretario de Estado de Economía, Guillermo de la Dehesa, sobre la inminencia de una segunda reconversión industrial. Las declaraciones causaron una verdadera tormenta política y se desmintió de forma casi oficial que hubiera de producirse una nuevo ajuste laboral que Guillermo de la Dehesa había cifrado en 30.000 empleos.El ministro de Economía y Hacienda anunció que su departamento está actualmente trabajando sobre varias hipótesis para incrementar la aportación del Estado a la Seguridad Social y disminuir paralelamente la aportación de los empresarios.

Aumento de la presión fiscal

Fuentes de su departamento sugirieron ayer que la novedad este mismo año podría consistir en la reducción de un 1% en dicha contribución empresarial. El problema estriba en la financiación de ese gasto público adicional. Para Carlos Solchaga, no hay otra alternativa que el aumento de la presión fiscal en los impuestos indirectos, lo que equivale a anunciar un incremento del Impuesto sobre el Valor añadido (IVA). De hecho, los cálculos actuales del Ministerio de Economía y Hacienda se centran en saber cuánto hay que aumentar el IVA para rebajar este año en dicho 1% la contribución empresarial a la Seguridad Social.

La disposición del Gobierno a atender la vieja queja empresarial sobre las cargas de la Seguridad Social es, en todo caso, uno de los proyectos de mas calado de aquellos en los que actualmente trabaja Economía y Hacienda. Y es, a la vez, una de las mayores preocupaciones. En efecto, Carlos Solchaga identificó durante su intervención los dos grandes peligros futuros que amenazan el control del déficit publico y la reducción del gasto: el aumento de la aportación del Estado a la Seguridad Social, y la necesidad de acometer obras de infraestructura viaria (inversiones en autovías y en aumento y conservación de uno de los recursos naturales más escasos en España: el agua potable).

En todo caso, Solchaga se mostró partidario, en línea con los representantes en Davos de la Administración de Reagan, de seguir apretando las tuercas al déficit "mediante el control riguroso del gasto". "Si tenemos éxito este año en el control de la inflación", aseguró Solchaga, "los tipos de interés de la deuda pública deberán bajar, lo que nos permitirá reconstruir dicha deuda con tipos de interés más bajos, reduciendo de esa forma uno de los gastos importantes del Estado".

El ministro de Economía y Hacienda jugó con la hipótesis de que si España no hubiera tenido a principios de 1986 una sola peseta de deuda, el déficit público a final de año hubiera sido del 1,6% del PI B, frente al 4,9% a que se elevaba el déficit público estructural a diciembre de 1982. Ese recorte se ha conseguido "reduciendo el gasto, pero también, hay que reconocerlo, aumentando la presión fiscal. En todo caso, Solchaga está convencido de que al final de la presente década se puede llegar a un déficit público de entre el 2% y el 2,5% del PIB. "Y si la inflación es baja, y recortamos las cargas financieras del Estado", añadió, "podemos tener un futuro relativamente tranquilo".

Pesimismo sobre el pacto

Carlos Solchaga se mostró pesimista sobre la posibilidad de un acuerdo de concertación social para este año. "Hay dificultades para el pacto", aseguró. El ministro volvió a reafirmarse en que el Gobierno "no modificará la legislación ahora existente sobre el mercado de trabajo", aunque apuntó que el problema es saber si las; relaciones industriales de hace varias décadas son las adecuadas para el momento actual.

El ministro identificó los servicios como el sector donde puede crearse empleo en España -desde los servicios financieros a los turísticos-, y manifestó que comparte la. preocupación del empresariado español (al principio de su intervención había señalado que el excedente empresarial "ha aumentado en 10 puntos su participación en el PIB desde 1984") por la falta de ligazón entre los costes fijos del factor trabajo y la productividad.

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