El Banco de España decide la intervención de las cajas rurales de Cantabria, Palencia y Talavera

El Banco de España ha intervenido las cajas rurales de Cantabria, Palencia y Talavera de la Reina, al tiempo que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) "conmina al consejo rector de las mismas para que en el plazo de un mes repongan el equilibrio patrimonial de las mismas". Si esto no ocurriera las rurales podrían ser excluidas del FGD.La decisión de intervenir las tres cajas rurales por parte del Banco de España, publicada en el Boletín Oficial del Estado de ayer, obedece a que, transcurrida la mitad del tiempo del plan de saneamiento diseñado para un conjunto de cooperativas de crédito, en estas tres no se estaban obteniendo los resultados necesarios indispensables para considerar que al término del mismo las cajas rurales podrían funcionar sin más ayudas públicas.

El requerimiento para que se recomponga la situación patrimonial de las entidades tiene un plazo de un mes para ser presentado ante el FGD y debe contemplar un plan, a tres años como máximo, de aumento de capital que no recibiría retribución alguna hasta que la entidad entrara en beneficios, una reducción a cero en la retribución que reciben actualmente los capitales ya aportados y una proyección de recursos propios (capital más reservas) que permitiera, al término de los tres años, cubrir el coeficiente de garantía que marca la ley.

Al cierre del ejercicio de 1986 las pérdidas acumuladas por las tres cajas intervenidas eran de 5.583 millones de pesetas en el caso de la de Palencia, 11 .527 millones en Cantabria y 577 en Talavera. Los depósitos de clientes eran de 7.204, 5.200 y 3.600 millones de pesetas, respectivamente. Estas tres cajas recibieron, en 1984, ayudas en forma de compra de fallidos y de préstamos a nulo tipo de interés de casi 17.000 millones de pesetas.

El FGD, como alternativa al plan de tres años, ha propuesto que las rurales busquen llegar a un acuerdo con otras cajas de ahorro para su posible absorción y liquidación de las entidades rurales. Fuentes de La Caixa reconocieron ayer haber intentado negociar con alguna de las rurales ahora intervenidas su adquisición y consideran bastante probable que, ante la nueva situación, acaben adquiriendo alguna.

La retirada de Barea

José Barea, presidente del Banco de Crédito Agrícola, se despidió ayer de sus colaboradores más próximos ya que va a ser destituido por el Consejo de Ministros. Su retirada ha coincidido con la publicación de los resultados obtenidos por el banco y el grupo de cajas rurales asociadas durante 1986. Las cuentas hechas públicas ayer señalan que el BCA obtuvo 3.682 millones de pesetas, mientras que las cajas rurales asociadas, entre las que se encuentran todas las que están en saneamiento y otras que no tienen problemas, ganaron 13.000 millones de pesetas.

En la nota oficial del BCA se señala que las cajas rurales en saneamiento (19) tenían unas pérdidas acumuladas de 40.516 millones de pesetas al iniciarse el plan hace dos años y medio y que, al cierre de 1986, estas pérdidas se habían reducido hasta 17.700 millones de pesetas, lo que significa, según el BCA, "que las pérdidas se han reducido a menos de la mitad una vez transcurrida la mitad del plan".

Este optimismo, no obstante, debe ser matizado por el hecho de que una parte de las cajas rurales que estaban en pérdidas al principio del plan, y por tanto entraban dentro de los quebrantos globales en 1984, han desaparecido como tales entidades, al ser vendidas a algunas cajas de ahorro o a otras cajas rurales, y por tanto las pérdidas pendientes han desaparecido de ese balance al cierre de 1986. Las cajas rurales vendidas, Madrid, Pontevedra, La Coruña y Sax, sumaban más de 5.000 millones de pesetas de pérdidas, que deberían descontarse para hacer la comparación.