El Gobierno cierra filas en torno a Carlos Solchaga y rechaza las acusaciones de Nicolás Redondo

El Gobierno cerró ayer filas en torno a Carlos Solchaga, ministro de Economía, que el pasado martes fue objeto de duros ataques por parte del secretario general de UGT, Nicolás Redondo. Javier Solana, ministro de Cultura y portavoz del Gobierno, en declaraciones a Efe, afirmó que Solchaga cuenta con el apoyo del presidente del Ejecutivo, y Manuel Chaves, ministro de Trabajo, calificó de exageradas y fuera de lugar las declaraciones del dirigente sindical. Fuentes de UGT señalaron, por su parte, que las palabras de Redondo son la expresión pública de lo que "siente el sindicato".

Las declaraciones de Nicolás Redondo acusando al ministro de Economía de haberse juramentado con la CEOE para culpar a UGT "de todos los males de la sociedad", y sobre todo la afirmación de que en varias ocasiones el ministro había sido desautorizado -"casi hasta el ridículo"- por el propio presidente del Gobierno, generaron un movimiento de apoyo en torno a Carlos Solchaga.Javier Solana, en declaraciones a Efe, reiteraba el apoyo del presidente del Gobieno al ministro de Economía, y afirmaba que carecían de fundamento "las declaraciones que especulan con ficticias desautorizaciones de los responsables del área económica". Redondo había dicho que Solchaga había sido desautorizado en sus manifestaciones a favor de una mayor flexibilidad por el propio presidente de Gobierno, y que ese malestar era el que provocaba la acritud del ministro.

También ayer Manuel Chaves expresó su apoyo y solidaridad con Solchaga. El ministro de Trabajo afirmó en Valencia que "no hay fisuras en el Gobierno", y que suscribía las declaraciones realizadas por el titular de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga. Manuel Chaves intentó minimizar el conflicto surgido entre Redondo y Solchaga al señalar: "Siempre, en los momentos previos a la negociación de un acuerdo, las declaraciones parecen estar subidas de tono; habría que serenarse".

Asimismo subrayó que, en aspectos de flexibilidad y concertación, las posiciones de los titulares de Trabajo y Econiomía "son coincidentes". "La banda salarial", dijo, "no debe poner en peligro el objetivo de inflación previsto por el Gobierno". "No creo en lo que se dice que ha dicho el ministro de Economía", añadió.

Silencio de UGT

La central socialista guardó ayer oficialmente silencio, aunque fuentes de la misma aclararon que "tal vez se pretenda dar la idea de que las declaraciones de Nicolás Redondo responden a opiniones personales. Y nada más lejos de la realidad. Lo que dijo el secretario general es lo que piensa el sindicato: la frustración y el descontento que hay en UGT respecto a la postura del Gobierno".Los citados medios insistieron en que la posición adoptada por el responsable de Economía "demasiado identificada con las de la patronal"- y las que otros miembros del Gobierno habían venido defendiendo habían causado una fuerte irritación en el sindicato. Estos medios acusan al Gobierno de haber puesto a la UGT en posiciones muy difíciles cada vez que alguno de los responsables económicos "ha abierto la boca".

Y subrayaron que Redondo, con sus declaraciones, respondía a la acusación del ministro cuando culpaba a UGT de que arruinaría la política económica con subidas por encima de la inflación prevista.

Nicolás Redondo, en sus deciaraciones, había afirmado que no era justo que se pretendiera controlar la inflación exclusivamente a base de reducir salarios, y que pedir el 7% de incremento era, ante todo, "una demanda social. El sindicato no hace más que recoger esa demanda", dijo.