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Europa Nostra premia tres restauraciones efectuadas en España

La Diputación Provincial de Zaragoza ha sido galardonada con la Medalla de Honor de Europa Nostra, máxima distinción que otorga esta institución, por "la magnífica restauración de un palacio renacentista de finales del siglo XVI y por su adaptación como importante centro cultural". El premio fue dado a conocer ayer en Londres, sede central de Europa Nostra. Dos diplomas de honor fueron concedidos también a la restauración de un edificio residencial de principios de siglo en la plaza de las Cortes de Madrid y a la restauración de la capilla de los Peregrinos de la cartuja de Cazalla de la Sierra, en Sevilla.

La obra premiada en Zaragoza es el palacio de los condes de Sástago, declarado monumento histórico-artístico en 1974 y adquirido en 1981 por la Diputación Provincial, quien lo rescató y restauró siguiendo fielmente el contrato de obra suscrito en 1570 entre el conde de Sástago y el maestro de obras Lope el Chacho. Los diplomas fueron concedidos a la restauración de un edificio residencial de principios de siglo y su adaptación como anexo de las Cortes para sede de grupos parlamentarios en el número 9 de la plaza de las Cortes de Madrid y a la restauración de la capilla de los Peregrinos y, su rehabilitación como residencia para atracción de amigos de la cartuja. La capilla de los Peregrinos pertenece a la cartuja de Cazalla de la Sierra, en la provincia de Sevilla.La Diputación de Zaragoza concurrió a los premios Europa Nostra 1986 presentando inicialmente un informe de las 33 restauraciones realizadas en toda la provincia. La filial española de la entidad convocante, Hispania Nostra, propuso concretar en un solo edificio el informe y se eligió el palacio de Sástago.

El premio consiste en una placa conmemorativa que se coloca en el edificio galardonado. En el caso español, acostumbra a entregar el premio la reina Sofía. Hasta el momento, Europa Nostra ha concedido a España sólo tres medallas de honor: al Real Coliseo Carlos III, de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), en 1979; a los paradores nacionales de turismo, en 1980, y a la localidad de Mirambel (Teruel), en 1981.

En esta edición, el palacio de Sástago, de Zaragoza, ha sido el único edificio español premiado con la medalla de honor, de las que se han concedido cinco en toda Europa. El presidente de la Diputación, Carlos Alegre; el diputado de Cultura, Carlos Pérez, y el arquitecto restaurador, José María Valero, informaron ayer, en una conferencia de prensa, de la concesión del premio, que valoraron de forma muy positiva.

El palacio de Sástago fue construido entre 1570 y 1573, por encargo de Artal de Alagón y Luna, tercer conde de Sástago, que fue nombrado virrey de Aragón por Felipe II. A lo largo de su historia, el edificio ha sido residencia de reyes, cuartel general durante la guerra de la Independencia, Capitanía General de Aragón y casino.

Palacio renacentista

Este palacio renacentista se halla en la calle del Coso, en el centro de la ciudad, y consta de un patio y tres plantas, con una extensión de 2.731 metros cuadrados, y 30 salones. Antes de la restauración, sólo la segunda planta, ocupada por el casino se encontraba en buen estado. La tercera planta había sufrido un progresivo deterioro y el patio renacentista estaba totalmente oculto. El edificio corrió el riesgo de ser demolido, pero las movilizaciones de ciudadanos y arquitectos consiguieron paralizar el derribo y que fuera declarado monumento histórico-artístico en 1974. El decreto fue firmado por don Juan Carlos el 20 de julio de dicho año, durante el período de enfermedad de Franco, en que don Juan Carlos asumió de forma interina la jefatura del Estado.La Diputación Provincial de Zaragoza adquirió el palacio con todo su mobiliario, en 1981, por 165 millones de pesetas. Al año siguiente se iniciaron las obras de restauración, según el proyecto redactado por el arquitecto José María Valero, que siguió fielmente el contrato de obra de 1570.

La parte más destacada de la restauración consistió en recuperar el patio renacentista, que se hallaba tapado por obras anteriores a la restauración.

Entre el ladrillo y el hormigón fueron apareciendo el alabastro y las columnas. Se reprodujo con fidelidad el suelo original del patio, de alabastro y baldosa cerámica roja, así como la escalera.

El patio se cubrió con una claraboya inspirada en una cúpula veneciana.

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