La 'nueva' contabilidad nacional favorece el balance de la gestión socialista
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revisado las cuentas nacionales del período 1980-1985. Sus resultados mejoran algo el balance de los primeros años de gestión del Gobierno socialista: los precios subieron menos; la pérdida de los salarios fue más corta, y el consumo privado no cayó como se pensaba. El balance de 1986 no será dado a conocer hasta dentro de un mes. Pero todo apunta que reflejará un crecimiento de la economía inferior en varias décimas al 3% de objetivo gubernamental.
Los nuevos valores de la contabilidad nacional 1980-1985 serán presentados a la Prensa mañana, miércoles, cuando esta dirección general del Ministerio de Economía y Hacienda confirmará su propósito de publicar desde ahora en fechas fijas las principales estadísticas oficiales.El avance oficial de las cuentas nacionales correspondientes a 1986 no estará disponible hasta dentro de un mes. Pero fuentes informadas han anticipado la impresión de que probablemente ofrecerá un crecimiento real de la economía varias décimas inferior al 3% de objetivo gubernamental.
En la estimación de que el aumento del producto interior bruto (PIB) se ha quedado a medio camino entre el 2,5% y el 3% coinciden hoy la mayoría de los servicios de estudios, pese a que el Banco de España afirmó a finales de 1986 que se llegaría al 3%. El deterioro ofrecido a partir del verano por las exportaciones, la producción industrial, la capacidad de consumo y las cifras de paro ha sido reafirmado poco a poco por indicadores que por entonces eran desconocidos.
La nueva contabilidad nacional 1980-1985, consecuencia principal del cambio de estructura productiva reflejada por las recientes tablas input-output 1980, reduce las cifras del PIB o valor generado por la actividad económica entre algo más de 100.000 millones de pesetas en 1981 y 800.000 millones en 1984.
Aparte de que ello obligará a revisar ligeramente al alza datos como la presión fiscal o la importancia del déficit público respecto al PIB, las correcciones ofrecen un panorama distinto de algunas magnitudes macroeconómicas, como se puede apreciar en el cuadro adjunto.
Consecuencias
Así aparece un balance bastante más negativo del ofrecido hasta ahora para 1981, el año del 23-F, cuando la economía no creció el 0,4%, sino que sufrió una tasa negativa del 0,2%, principalmente porque las inversiones disminuyeron en términos reales el 9,4%, casi el doble de lo que se estimaba hasta ahora. Por el contrario, el último año de Gobierno de UCD recibe mejor cara, al menos en crecimiento global (tres décimas más) y la inversión.Más favorecidos salen lostres primeros años de gestión del Gobierno socialista, no tanto por el aumento final del PIB -sólo mayor en 1985-, como por la idea de que hubo menores sacrificios en los salarios reales, la capacidad adquisitiva y el consumo privado. Con las nuevas cifras, la remuneración de los asalariados y el consumo, que repuntaron al alza en 1983, no bajaron hasta el año del gran ajuste, 1984. Después siguieron más de lo que dejaban entrever los antiguos datos el modelo occidental de recuperación económica, impulsada tanto por el aumento de la inversión como del consumo privado.
Todas estas correcciones han sido realizadas también para acercar más las cuentas nacionales al Sistema Europeo de Cuentas (SEC). La producción de servicios bancarios, que se aproxima al 6% del PIB -tanto como la agricultura-, antes figuraba incluida en cada sector productivo y ahora aparece de forma independiente, lo que agrava los resultados negativos de la agricultura en 1981 y 1982. Igualmente, el consumo de los turistas deja de figurar en el consumo privado nacional, para engrosar las exportaciones de servicios.
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