Cerezo lucha por consolidar la democracia en Guatemala, al cumplir un año de gobierno

La "consolidación de la democracia" parece ser el logro más importante conseguido en el primer año del Gobierno del democristiano Vinicio Cerezo en Guatemala, aunque se advierte el desencanto por el incumplimiento de objetivos económicos y la no satisfacción de muchas de las expectativas despertadas. El entusiasmo de hace un año ha desaparecido en Guatemala, y esto se palpaba en la capital el miércoles, al cumplirse el primer aniversario del retorno a la democracia en esta nación

El año de gobierno ha desgasta do a Cerezo, lo que pudo notarse el miércoles, tanto en el discurso del presidente, ante el Congreso como en su paseo posterior por las calles del centro, y en la fiesta popular, en la plaza Mayor, frente al palacio presidencial.Altos funcionarios gubernamentales comentan que el mérito principal reside en el hecho, casi insólito, de que Guatemala haya mantenido por un año un presidente elegido democráticamente, después de casi tres decenios de dictaduras militares y elecciones fraudulentas. La idea de "consolidar la democracia" fue el hilo conductor del discurso de Cerezo, en el solemne acto del Congreso Nacional. Fue un discurso sin grandes tonos, bastante alejado de la emocionante pieza que pronunció un año atrás cuando tomó posesión del cargo.

Tampoco la calle vibró con la presencia del presidente cuando al concluir el acto en el Congreso, Cerezo se decidió a caminar, al mediodía del miércoles (siete de la tarde, hora peninsular española), por las calles céntricas de la capital hasta el palacio presidencial.

Tras Cerezo y su esposa se formó una comitiva de guardaespaldas y curiosos. En la calle, el público respondía con saludos a los del presidente, que agitaba su mano, pero no hubo vítores. Tan sólo algunos conatos aislados de aplausos, que no fueron seguidos. Tampoco hubo muestras de desagrado para Cerezo. Parecía como si el pueblo guatemalteco estuviera a la espera de lo que pueda hacer el Gobierno en los próximos años.

Cerezo es consciente, en parte, de este cierto desencanto. En su discurso ante el Congreso, dijo: "El pueblo sabe que no fuimos elegidos para hacer milagros, y no los esperaba. Sabe que somos un Gobierno, nos quiere y está dispuesto a esperar".

En la plaza Mayor de Guatemala, por la noche, en el acto popular convocado por la Democracia Cristiana, para celebrar "un año de democracia en Guatemala", se reunieron unas 20.000 personas, en su mayoría transportadas desde los departamentos (provincias) por la organizaclón del partido. Los militantes portaban pancartas de apoyo al Gobierno, pero también se podía advertir la presencia de algunos descontentos que decían: "Éste es un mal Gobierno, pero es nuestro Gobierno. Viva la democracia".

Un maestro opina que "el Gobierno debe hacer mucho rnás" y que "no satisface las aspiraciones de un pueblo 30 años oprimido". A su lado, Santos, un campesino de Huehuetenango, de 41 años, dice que él mismo se había pagado el viaje, desde unos 250 kilómetros de distancia de la capital. El campesino comentó: "Vine a pedir que baje el precio del pan, porque yo tengo ocho hijos y no los puedo mantener".

Una fiesta 'movida'

Hacia las 10 de la noche, la fiesta degeneró en tumultos cuando grupos de gamberros intentaron desnudar a unas chicas. Los grupos musicales dejaron de actuar y bandas de jóvenes se lanzaron por las calles del centro asaltando comercios y cometiendo diversos actos de pillaje. Fuerzas de la policía antidisturbios tuvieron que disparar al aire para dispersar a la muchedumbre. La Prensa local de ayer dedicó a los incidentes grandes titulares, que hicieron pasar a segundo término la celebración del primer aniversario de la democracia en Guatemala.La dirigente del Grupo Apoyo Mutuo (GAM), formado por familiares de desaparecidos, Nineth Montenegro, opina que las cosas no han cambiado en Guatemala con la democracia.

El GAM se manifestó, con otros centenares de personas, en la mañana del miércoles, para pedir información sobre sus familiares.

A lo largo de este primer año de democracia, la oposición guatemalteca ha sufrido un desgaste aún mayor que el Gobierno, y no se vislumbra una perspectiva sólida de oposición a la Democracia Cristiana en el poder.