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Medidas disciplinarías contra el KGB en Ucrania

Pilar Bonet

El presidente del Comité de Seguridad del Estado de la URSS (KGB), Víctor Chebrikov, rompió ayer el silencio que protegía hasta ahora a su organización dé la crítica pública, al anunciar en el diario Pravda la adopción de medidas disciplinarias contra el KGB de Ucrania, una de las zonas más resistentes de la vieja guardia brezneviana. Un funcionario regional del KGB, A. Dichenko, ha sido expulsado, y la dirección ucraniana de éste ha sido instada a incoar nuevos procedimientos disciplinarios contra los implicados en un caso de abuso de poder. El caso sucedió en la región de Voroshilov (al este de Ucrania), donde el pasado verano un periodista local fue objeto de vejaciones, interrogatorio y detención ilegal de 14 días con el fin de arrancarle una confesión falsa para incriminar a un corresponsal de Pravda crítico con las autoridades locales.

Pravda se había referido al caso en varias ocasiones, pero sólo ayer el periódico mencionó por primera vez -en un gesto cuyos precedentes se remontan a la ejecución del jefe de la policía secreta de Stalin, Laurentis Beria- la pertenencia al KGB de los implicados en el asunto. Éstos habían sido citados anteriormente por sus cargos en el partido comunista o de forma vaga como responsables del mantenimiento de la legalidad.El funcionario expulsado, el jefe de una dirección, A. Dichenko, había sido citado por Pravda hace unos días como miembro del buró de la región de Voroshilov y como coordinador de la detención del periodista Víctor Berjin, de 56 años. Berjin trabajaba para un diario local llamado Sovietski Shajter (El Minero Soviético) en la región de Yoroshilov, importante centro industrial y minero.

El anuncio de Chebrikov, miembro de pleno derecho del Politburó del PCUS, rompe el tabú que pesaba sobre la organización encargada de la vigilancia política en la Unión Soviética, que, a diferencia del Ministerio del Interior o el aparato de justicia, había sido dejada el margen hasta ahora de la política de glasnost (transparencia) defendida por el líder Mijail Gorbachov y su equipo.

Observadores en Moscú señalan que el artículo supone también una andanada de alto nivel contra la organización del partido comunista en Ucrania, que dirige Vladimir Shcherbitski. Junto con el representante de Kazakistán, Dinmujamed Kunaev, Shcherbitski ha formado el núcleo de dirigentes soviéticos representantes de intereses republicanos en el Politburó con una imagen más asociada a Leonid Breznev.

Kunaev perdió su puesto al frente del partido en Kazakistán en diciembre y, probablemente, será excluido del Politburó en el próximo pleno del Comité Central, cuya celebración viene siendo esperada desde el pasado diciembre, de acuerdo con las normas que establecen una periodicidad minima de seis rneses para tales reuniones. La última de ellas se celebró en junio de 1986.

Actuacíón ilegal

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Según el -máximo dirigente del KGB, Dichenko y un grupo de funcionarios de esta organización actuaron de forma ilegal contra Berjin y otros ciudadanos -no especificados- en la región de Voroshilov, y con su comportamiento, desacreditaron el título de oficial soviético. El pretexto para arrestar al periodista fue el "gamberrismo" aparentemente practicado por estar en "ropa interior" en la habitación de un hotel.Un equipo de juristas en Moscú estableció la premeditación de la trama urdida en torno al periodista, arrestado por una brigada especial cuando acababa de visitar al corresponsal de Pravda en Voroshjilov. Éste se había distinguido por sus críticas a la organizacíon, local del partido, que des de 1973 está dirigida por Boris Gocharenko. Boris Gocharenko, considerado un hombre de Shcherbitski, es también miembro del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética.

Pravda ha acusado a Gocharenko de irritabilidad e intolerancia ante las críticas y le ha reprochado los bajos rendimientos de la minería y la agricultura locales. La región de Voroshilov no contribuye suficiente, según Pravda, al bienestar general del país.

El periódico ha denunciado los encumbramientos mutuos entre funcionarios locales, una de cuyas consecuencias ha sido la impunidad del teniente coronel Fedorchuk, uno de los implicados en los abusos contra el periodista. Aparentemente ninguno de los dirigentes locales del partido quería asumir la responsabilidad por el cese de Fedorchuk, quien curiosamente lleva el mismo apellido que el ministro del Interior cesado hace ahora casi un año, Vitali Fedorchuk, el ucraniano que sustituyó a Andropov al frente del KGB para pasar después al Ministerio del Interior.

El periódico no establece ningún parentesco entre ambas personas, cuyo apellido común es relativamente corriente en Ucrania. Señala, sin embargo, que Fedorchuk (el teniente coronel) era un "pelota" y que "mucha gente en el poder fue arrastrada en el asuntos del corresponsal".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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