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París tomará represalias bélicas contra Libia si ataca sus instalaciones en Chad

Lluís Bassets

El Gobierno francés tomará represalias bélicas contra Libia únicamente en caso de un ataque directo a las instalaciones y contingentes militares franceses en Chad, según se deduce de las manifestaciones realizadas ayer por distintas fuentes gubernamentales. El Gobierno de Jacques Chirac está estudiando, sin embargo, algún tipo de respuesta al bombardeo libio de la localidad de Arada, situada a 110 kilómetros al sur del paralelo 16.

El bombardeo de Arada ha significado un paso más en la escalada del conflicto entre Chad y Libia, después de la intervención del ejército chadiano de Hissène Habré al norte del paralelo 16. Francia desea saber, sin embargo, en qué medida el líder libio, Muamar el Gadafi, ha querido poner a prueba y provocar al Gobierno francés y en qué medida ha querido salvar la cara después de las duras derrotas sufridas en Fada y en Zuar, donde en algunos casos distintas fuentes aseguran que las tropas libias huyeron en desbandada ante la dureza de los ataques chadianos.[La "sola y única" respuesta de París al bombardeo libio de Arada "debe y sólo puede ser un apoyo aéreo" a las fuerzas chadianas en su reconquista de la integridad nacional, afirmaron ayer fuentes de Chad en Yamena, informa France Presse desde la capital chadiana. Ese bombardeo no estaba dirigido contra ningún objetivo militar, precisaron estas fuentes. El Gobierno chadiano levantó ayer la censura en los artículos de periodistas extranjeros que cubren el conflicto, informa Reuter].

El paraguas protector francés desplegado bajo el paralelo 16 sólo cubre la parte de la línea indispensable para asegurar la defensa aérea de la capital, Yamena, y de las bases militares. La zona oriental, donde se encuentra Arada, no está barrida por los radar franceses, por lo que los cuatro aviones Mig-23 libios pudieron actuar con la seguridad de no ser percibidos por la defensa aérea. Gadafi eligió así un objetivo fácil y barato, que satisfacía su necesidad simbólica de responder a las ofensivas de Fada y Zuar.

El Gobierno francés, apremiado por las reiteradas peticiones de Habré y su Gobierno para que intervenga al norte del paralelo 16, tiene ahora ante sí el reto de Gadafi, que ha roto el pacto implícito que dividía Chad en dos zonas de influencia, el norte bajo protección libia y el sur bajo protección francesa. Los aliados chadianos de ambos Gobiernos no renunciaban con ello a recuperar el otro pedazo de territorio, pero se veían constreñidos a utilizar sus propias fuerzas.

La nueva situación tiene su origen en la reconciliación del presidente del Gobierno rebelde del norte, Gukuni Uedei, con el Gobierno legal de Yamena, que preside Habré, y la deserción, del campo libio al campo chadiano, de nueve de los 11 grupos que formaban el GUNT (Gobierno de Unidad Nacional de Chad). La relación de estos grupos con las tribus tubúes del norte permite pensar que Libia ha perdido popularidad e influencia entre los habitantes del Tibesti, que mantienen lazos tribales muy estrechos con los libios del sur.

El propio Gadafi recordaba ayer, a su manera, el pacto libiofrancés, en una entrevista publicada por el diario Libération, realizada antes de la penetración chadiana más allá del paralelo 16.

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"Con ocasión de mi encuentro en Creta con François Mitterrand [el 15 de noviembre de 1984]", asegura el coronel libio, "llegamos al siguiente acuerdo: Libia tendría el derecho a regresar a Chad si otras fuerzas intervenían". Y añade: "El retorno de las fuerzas francesas a Chad nos proporciona automáticamente el derecho a regresar allí". Según el dirigente libio, la intervención de Hissène Habré en el norte supone un refuerzo de la presencia militar francesa en Chad.

Según algunas fuentes, Libia está procediendo a sondear la actitud de la Unión Soviética ante un conflicto que desea presentar a la opinión pública mundial como una "agresión imperialista franco-norteamericana.

[Gadafi ha inspeccionado las obras de fortificación de la costa libia y las medidas encaminadas a defenderla, según anunció ayer la agencia de noticias libia Jana, informa France Presse desde París. Libia tiene 1.850 kilómetros de fachada marítima].

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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