Los ferroviarios franceses endurecen su actitud

La decimoctava jornada de la huelga de los ferroviarios franceses estuvo caracterizada por un clima de endurecimiento y de tensión creciente. La Coordinadora Nacional Intercategorías, que dirige el militante de la lucha obrera Daniel Vitry, mantiene la convocatoria de huelga a favor de un aumento lineal de 700 francos (unas 14.000 pesetas) al mes y la remuneración de los días de huelga, y ha hecho un llamamiento de manifestación para mañana. No obstante, algunas asambleas votaron ayer por la vuelta al trabajo.

Sólo los dos sindicatos mayoritarios, la Confederación General de Trabajadores (CGT) y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), siguen apoyando la huelga, mientras desde la dirección de la compañía de los ferrocarriles se alienta a los movimientos de reincorporación al trabajo. Según fuentes de la dirección, los efectivos de no huelguistas bastarían actualmente para garantizar los servicios ferroviarios si no se produjeran cortes de vías y ocupaciones de instalaciones por parte de piquetes. Cada día se produce un mayor número de intervenciones de los agentes de seguridad, que desalojan, hasta ahora sin incidentes ni violencias, a los trabajadores que impiden el tráfico ferroviario.En algunas instalaciones, como la de Rennes, se han producido votaciones en contra de seguir la huelga, pero el grueso de las asambleas sigue apoyando la continuación del movimiento. La dirección de los ferrocarriles cuestiona las votaciones a mano alzada, y el sindicato Fuerza Obrera está solicitando sufragios secretos para decidir sobre la continuación del movimiento.

El retorno de las vacaciones de invierno, que afecta a millares de personas, principalmente en las zonas de esquí, se está realizando gracias a servicios de sustitución por carretera y a un aumento de los servicios aéreos. En Grenoble, unas 600 personas, entre las que se hallaban asalariados de las estaciones de esquí, alcaldes de la zona de Val d'lsère y algunos políticos de la mayoría conservadora, se manifestaron en contra de la huelga y bajo la consigna de "Ferroviarios, al trabajo".

Los trabajadores más radicalizados desean obtener garantías de que no habrá nuevos intentos de implantar criterios de meritocracia en la tabla salarial, quieren nuevas mejoras en las condiciones de trabajo en forma de más días de vacaciones anuales y mejor distribución de los turnos de fiestas semanales y plantean la ruptura del techo salarial del 3% impuesto por el Gobierno.

Todo ello hace pensar que en las próximas horas se pueden endurecer las condiciones de la huelga. La empresa de ferrocarriles no descarta que se impongan sanciones contra los miembros de los piquetes que impiden el tráfico, y se teme que los desalojos de instalaciones puedan originar enfrentamientos violentos. El Gobierno se prepara, según afirmaba ayer el diario Le Monde, a enfrentarse a una huelga larga y dura, que ha sido denunciada ya por portavoces gubernamentales como de indudables intenciones políticas.

[La empresa española de ferrocarriles, Renfe, mantiene suspendidos todos; sus servicios hacia o a través de Francia, excepto el tren Puerta del Sol, que cubre la ruta Madrid-París y que, desde que comenzó la huelga, sólo llega hasta Hendaya, en la frontera francesa. Por otra parte, la huelga de la marina mercante francesa, que desde hace 26 días bloqueaba el tráfico marítimo con Córcega, concluirá el próximo martes, tras el acuerdo alcanzado ayer entre la CGT y el Gobierno, según informa la agencia France Presse].