Pekín cree que los estudiantes que piden democracia son patriotas fieles a la política de reformas

Las autoridades chinas consideran que los estudiantes que durante este mes se han manifestado en Shanghai, Pekín y otras ciudades del país en demanda de más libertad y democracia han demostrado su patriotismo y su apoyo a las reformas y ninguno ha violado las leyes. Esta primera interpretación oficial de las acciones de protesta más importantes ocurridas en China desde la revolución cultural se produce después de que por segundo día consecutivo grupos de estudiantes se manifestasen en la universidad de Pekín y se registrasen conatos de enfrentamientos con la policía cuando ésta impidió que los jóvenes abandonaran el campus para desfilar por las calles de la capital.

El viceministro de Estado para la Educación y jefe del grupo de trabajo que ha seguido la crisis de los estudiantes, He Dongchang, eximió ayer de culpa, en una conferencia de prensa, a los participantes en las protestas y admitió que en el futuro pueden ser autorizadas nueva manifestaciones. He Dongchang no quiso anticipar cuál será la actitud del Gobierno frente a la marcha prevista por los estudiantes para el día de año nuevo en Pekín, en la que se teme que se produzcan incidentes. "Dios consiente a los jóvenes cometer errores. Cuando nosotros éramos jóvenes hicimos también cosas más o menos de este tipo", declaró el alto funcionario chino, quien manifestó también que la celebración en el futuro de manifestaciones autorizadas "no es imposible". Los observadores interpretan este gesto como un intento de los dirigentes chinos para integrar este movimiento de protesta en los cauces reformistas simbolizados por el máximo dirigente, Deng Xiaoping. En este marco de tolerancia hay que inscribir también la decisión de ofrecer ayer, por primera vez, imágenes por televisión de protestas, en las que ayer participaron en Pekín unos 400 estudiantes.

Conservadores, en contra

Esta posición de las autoridades chinas ha sido hecha pública poco después de que varios dirigentes conocidos por su posición conservadora y contraria a las reformas occidentalizadoras hicieran públicas sus condenas de los movimientos estudiantiles. Ha llamado la atención, según informaba ayer The New York Times, el hecho de que la primera vez que los medios de opinión chinos citan por su nombre a los personajes críticos hacia la postura de los estudiantes, estos sean precisamente conocidos antirreformistas, como Wang Zhen, miembro del Politburó, Hu Qiaomu y Deng Liquin.En la conferencia de prensa de ayer, He Dongchang afirmó que son falsas las informaciones de que algunos estudiantes habían sido detenidos. El viceministro dijo que no se han estudiado medidas de represión contra el movimiento de protesta, sino que, por el contrario, "la política del Gobierno será educar, aconsejar e impartir orientaciones apropiadas" a los estudiantes.

He dijo que el Gobierno "tiene una gran reserva de paciencia para con los jóvenes". Añadió que "los comportamientos y los sentimientos radicales" entre la juventud son comprensibles", y aseguró que, en todo caso, estas manifestaciones sólo han afectado a "no más del 2% de los estudiantes", lo que equivale, según él, a unas 20.000 personas. .

El viceministro afirmó que, hasta el momento, no se ha producido ningún caso de violación de las leyes, pero advirtió que, si esto ocurriese, el culpable sería sancionado.

A juicio del representante del Gobierno chino, el movimiento de jóvenes expresa "el deseo de acelerar la reestructuración actual del sistema político", aunque reconoce que en su seno existe también "la influencia de pensamientos malsanos" favorables a una "copia de las democracias occidentales", lo cual "no puede ser tolerado en China". El alto funcionario añadió que este tipo de movimientos "merecen la atención" a la luz de la lucha contra la burocracia, que "es un problema grave", y advirtió que nadie debe alarmarse si se producen manifestaciones similares en el futuro.