Desaparece Caballo de Bastos, baluarte del teatro independiente

La Asociación Caballo de Bastos, uno de los últimos baluartes del ya extinguido movimiento del teatro independiente español de los años setenta, desaparece. Unida desde sus orígenes a la ya legendaria sala Cadarso de Madrid, dicha asociación se creó en 1976 con el fin de dar salida a los grupos profesionales del movimiento. Diez años después de nacer, Caballo de Bastos muere al ser absorbida la función que realizaba por la Administración.

Los profesionales del teatro que llevaron a cabo esta iniciativa hicieron posible la creación de salas como la ya mítica Cadarso, la Olimpia (a través de la asociación La Corrala), giras de grupos, cursos de diferentes técnicas teatrales y la creación del Festival Internacional de Teatro de Madrid, en 1981, dentro de cuya programación han acudido a España grupos como el Circo Aligre, los polacos de Andrej Wajda y Tadeusz Kantor y los italianos de Dario Fo y Vittorio Gassman, entre otros muchos extranjeros y españoles.Caballo de Bastos fue una de las iniciativas teatrales más comprometidas y rompedoras que han existido en la historia del teatro contemporáneo en nuestro país. Fue obra de un grupo de profesionales del teatro, que realizaban las más variadas funciones, alternando interpretación con dirección, realización de decorados con dramaturgia, carga y descarga con vestuario.

Fin de una etapa

Durante largos años, el presidente de la asociación Caballo de Bastos fue Carlos Sánchez quien, al igual que otros promotores de la misma, surgió del grupo Tábano. En su opinión, la desaparición de Caballo de Bastos se debe a que se ha quemado una etapa."Al principio", dice Sánchez, "las instituciones estaban en contra de la iniciativa. Hacia 1980, la administración empezó a ser permisiva y, en la etapa actual, en la que el teatro está prácticamente producido por las instituciones, el Festival, que es deficitario, no ha podido sustraerse a la producción conjunta de las administraciones central, local y autonómica. Lo que aún no sabemos es si esto será positivo para el Festival".

Para Ignacio Cabal, uno de sus fundadores, Caballo de Bastos fue, "una pequeña universidad del teatro, una cantera de profesionales, y este es uno de sus logros más importantes. Prueba de ello es que los que crearon esta asociación hoy son reclamados, bien por las instituciones, bien por el teatro privado".

Ignacio Cabal asegura también: "Todos sentimos que hemos tenido un niño que se ha hecho mayor de edad y se nos va de la casa. Las instituciones, además de necesarias, son devoradoras y terminan absorbiendo iniciativas que nacieron en la calle".

Para el escritor Fermín Cabal, "no pasa nada porque desaparezca. Cuando las cosas dejan de servir es mejor tirarlas. Hay una política deliberada de absorción por parte de la administración, que mantiene la idea de que la mejor manera de defender al teatro es fagocitándolo".

Fermín Cabal se muestra convencido de que "es necesario un sector autónomo, pero la realidad es otra y no hay que negarla".