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62 muertos al estallar en el aterrizaje un avión iraquí secuestrado

Sesenta y dos personas murieron el jueves al estallar un Boeing 737 de la compañía Iraqi Airways cuando aterrizaba en el aeropuerto de Arar, al norte de Arabia Saudí. El aparato, que cubría un vuelo regular entre Bagdad y Amman con 91 pasajeros y 16 tripulantes (entre ellos varios guardias), fue secuestrado poco después del despegue por cuatro hombres. Cuando volaba a unos 10.000 metros de altura se produjo un enfrentamiento entre guardias y secuestradores. Estos últimos hicieron explosionar dos granadas de mano. El piloto consiguió llegar hasta el aeropuerto de Arar, pero el avión estalló y se incendió en la operación de aterrizaje, al mediodía del jueves (hora española). Un total de 45 viajeros han sobrevivido, aunque 32 de ellos sufren lesiones de distinto grado. Un grupo libanés desconocido se responsabilizó del atentado.

El aparato fue secuestrado por un comando de cuatro terroristas, según la agencia France Presse, que cita declaraciones de varios supervivientes en Arriman. Uno de éstos, Suleiman Arar, ex viceprimer ministro jordano, dijo que uno de los dos secuestradores -al que describió como un joven de unos 20 años de edad- hizo estallar una granada ante la puerta de la cabina del piloto. Poco antes, su compañero había hecho saltar otra granada en la clase turista.Antes de que se produjeran las explosiones hubo un intercambio de disparos entre los secuestradores y los guardias de seguridad, según Arar, que viajaba junto a su hermano Jaled y otro ciudadano jordano en primera clase. "Mi hermano y yo intentamos ponemos al cubierto de los tiros acurrucándonos en el suelo, al pie de nuestros asientos".

Arar dijo también que, a pesar de todo, el avión iraquí pudo tomar tierra en el aeropuerto de Arar, aunque el aparato estaba ya en llamas a causa de las explosiones y se incendió poco después. El aterrizaje se produjo mientras guardias y secuestradores seguían intercambiando disparos. Uno de los pasajeros, piloto profesional, logró abrir inmediatamente la puerta de emergencia y pudieron salir indemnes 12 pasajeros de primera clase y los que ocupaban las primeras filas de la clase turista.

"Cuando miré hacia atrás", declaró Arar, "tuve una visión dantesca: el avión estaba cortado en dos por el centro y la parte trasera ardía y los pasajeros, atados a sus asientos por los cinturones, se debatían entre las llamas mientras gritaban 'Alá es grande".

Informaciones jordanas posteriores confirmaron la versión de otros supervivientes del siniestro, según las cuales los secuestradores eran cuatro. Dos de ellos fueron detenidos por las autoridades saudíes, mientras que los otros dos murieron en el siniestro.

Según estas fuentes, los dos secuestradores supervivientes -de los que uno se llama Hasan- son de nacionalidad libanesa y habían llegado a Bagdad procedentes de Belgrado.

La Organización de la Acción Revolucionaria -grupo hasta ayer desconocido- se atribuyó, a través de una llamada telefónica en Beirut, el secuestro del avión. Este grupo se atribuyó la "explosión del avión iraquí sobre territorio saudí". El portavoz anónimo añadió que seguirán los atentados contra intereses iraquíes mientras no sean liberados tres miembros de esa organización encarcelados en Bagdad.

El embajador de Irak en París, Mohamed el Maschatt, acusó a Irán de ser responsable del secuestro.

Fuentes saudíes añadieron que los equipos de socorro llegaron inmediatamente al lugar del siniestro para evacuar a las víctimas y apagar el incendio. El rey Hussein de Jordania telefoneó al rey Fahd de Arabia Saudí para agradecer la asistencia a los supervivientes.

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