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Alan García no concurrirá a un segundo mandato para evitar el "liderazgo perpetuo"

El presidente de Perú, Alan García, aseguró el sábado por la noche que no será candidato a la reelección en 1990, por el peligro de "liderazgo perpetuo" que ello implica y porque, según dijo, "ningún país debe ligar su destino al destino de un hombre". En un mensaje de fin de año transmitido por televisión a todo el país, García dijo que la propuesta de modificar la Constitución para permitir la reelección presidencial "ha agitado innecesariamente las pasiones" y aseguró que "nadie puede atribuir al presidente de Perú ni ambición ni mezquindad".

La propuesta fue formulada hace más de un mes por el primer ministro y ministro de Economía, Luis Alva Castro, y fue respaldada por la mayoría de los dirigentes del partido Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), en el poder. La oposición dijo que tras el proyecto se adivinaban tentaciones autoritarias en el partido gobernante.La Constitución peruana impide la reelección presidencial y, para modificar cualquiera de sus artículos, se requiere su aprobación por dos legislaturas sucesivas. El proyecto fue presentado por primera vez poco antes de que se cumpliera el término del período legislativo que acaba de concluir.

Pero Alan García fue contundente al afirmar: "No aspiro ahora, ni aspiraré más adelante, a la reelección. No seré candidato en 1990 ni me mantendré en el cargo". Tras esta aclaración, el presidente convocó a todos los peruanos a afrontar conjuntamente el desafío de superar las "sombrías y difíciles" perspectivas actuales e impulsar un proyecto de desarrollo nacional, con el año 2000 como punto de referencia

Alto crecimiento

Reiteró que en 1986 el crecimiento económico ha sido superior al 8%, el mayor de América Latina, sobre la base de un estímulo al consumo nacional y la retención de recursos que antes se empleaban en el pago de la deuda exterior.

Como pautas para los próximos años, subrayó el incremento de los salarios para mantener la demanda interna, la concertación con los grupos industriales y el apoyo a las exportaciones. El dirigente peruano indicó que el primer imperativo para el desarrollo es una política de población, que "actualmente no existe", junto con una mayor producción, distribución de la riqueza y de la educación, porque, aseguró, "hay muchos letrados y pocos técnicos agrícolas".

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Advirtió que, si no se pone en marcha una política que reoriente el crecimiento de la población, Perú pasará de 20 millones de habitantes a 30 millones en el año 2000, mientras que Lima saltará de seis millones a 11 millones, y todos mucho más pobres. El Gobierno del APRA presentará el año próximo un proyecto para trasladar la capital, Lima, a un área casi despoblada en los Andes, en el centro geográfico del país.

Alan García afirmó también que su Gobierno perseverará en su política nacionalista y mantendrá el límite al pago de su deuda externa de 14.500 millones de dólares en el equivalente al 10% de los ingresos por exportaciones.

"Todo ello", dijo, "no puede ser obra de un hombre, ni de un partido político, sino de todos los peruanos; por eso el concepto de reelección es ajeno y absurdo".

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