La Administración descarta ayudas directas a las refinerías para compensar las pérdidas patrimoniales por la baja del crudo
La Administración ha descartado cualquier tipo de ayuda directa a las refinerías españolas para compensar, mediante el mecanismo que juzgue oportuno, las pérdidas patrimoniales experimentadas en los inventarios de crudo y productos de estas empresas como consecuencia de la baja de los precios internacionales del petróleo.Un informe de Aserpetrol, realizado con asistencia de Arthur Andersen, estima en unos 60.000 millones de pesetas anuales las pérdidas originadas al conjunto del sector al final del año por el impacto en sus balances de unos precios del crudo un 50% inferiores a los existentes el 31 de diciembre pasado.Fuentes oficiales de los Ministerlos de Economía e Industria y Energía han calificado de desmesurada la sugerencia de que sea el Estado el que cubra el impacto en la situación patrimonial de las empresas de refino de la reducción de casi a la mitad que se ha producido en los precios de importación de petróleo. El argumento de la Administración es que estas pérdidas están parcialmente compensadas en virtud de la fórmula de cálculo de los precios ex refinería, que incluye entre sus componentes el denominado efecto pistón, es decir, la proyección en los precios finales al consumidor de la evolución de las tarifas del petróleo en los mercados internacionales.
Pese a los estudios mensuales que realiza Aserpetrol sobre el efecto en la valoración de inventarios de la caída del crudo, esta asociación no se ha decidido aún por enviar al Ministerio de Economía y Hacienda una petición formal de compensación de pérdidas. Las claras indicaciones en contra del Ministerio de Industria y Energía y el descuelgue de las empresas públicas de la solicitud han impedido que Aserpetrol materialice su pretensión, pese a los argumentos a favor con los que parece contar.
La obligatoriedad de mantener unas existencias estratégicas mínimas, tanto de crudo como de productos, es la causa principal de la disminución patrimonial que experimentarán las empresas en sus balances de fin de año. La Administración, siguiendo recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), fuerza a las refinerías a cubrir con sus inventarios un mínimo de días de consumo previsto, que suele llegar en algunos casos a los 90 días. La financiación de estas existencias, compradas a un valor superior al que se venden, provoca pérdidas importantes en las empresas, estimadas a finales de noviembre en unos 58.000 millones de pesetas.
Situación contraria
La Administración, por su lado, argumenta que esta situación, con ser cierta, es exactamente la contraria a la de los últimos ejercicios, cuando las empresas se beneficiaban de un mercado en alza. Entonces, opinan fuentes consultadas, las refinerías se aprovechaban del denominado efecto pistón, que permitía a una empresa con una buena política de compras vender sus productos a un precio más elevado del que luego tenía el producto cuando llegaba al consumidor.Fuentes oficiales estiman que el mecanismo utilizado en aquellos momentos para corregir este desequilibrio -la fórmula de precios- puede ser utilizado de igual manera ahora para compensar los desfases patrimoniales. Además, añaden, está el buen año que está teniendo todo el sector, con un incremento de ventas muy significativo, tanto en el mercado interno como en el internacional. Al parecer, la liquidación que haga Campsa de los precios ex refinería tendrá en cuenta este problema.
Por otro lado, fuentes ministenales han revelado su intención de acomodar paulatinamente la fórmula de precios ex refinería a la nueva situación comunitaria. España no está obligada a liberar sus precios hasta 1989, si bien en los próximos dos ejercicios el ministenio piensa ir paulatinamente adecuando las liquidaciones que se realicen a los precios finales que existen en la Comunidad Europea para el conjunto de productos.
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