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Gandhi pone en estado de alerta al Ejercito indio ante la ola de violencia antisij

El Ejército indio fue puesto ayer en estado de alerta en Nueva Delhi, en uno de cuyos barrios más populares, Chandni Chowk, se declaró el toque, después que se reprodujeran los disturbios del lunes en protesta por el asesinato a sangre fría de 22 hindúes a manos de terroristas sijs, en el Estado de Punjab. La policía detuvo al menos a 750 personas, acusadas de provocar desórdenes, incendios y saqueos.

El Gobierno de Rajiv Gandhl ha actuado rápidamente para impedir que los choques sectarios se le vayan de las manos y la ciudad se convierta en el polvorín que siguió al asesinato de Indira Gandhi, hace poco más de dos años.Mientras la capital vivía una nueva jornada violenta, combinada esta vez con una huelga casi gerieral, fuerzas policiales y paramilitares comenzaron en Punjab, donde se produjo la matanza del domingo, una redada contra simpatizantes del extremismo sij. Entre los detenidos, casi un centenar, están el presidente del comité que controla los templos de esta confesión, Gurcharan Singh Tohra, una figura clave elegida para el cargo recientemente, y un ex primer ministro del Gobierno de Punjab.

Nueva Delhi amaneció semiparalizada tras la convocatoria el lunes, por el principal partido de oposición, Janata, de una huelga de 24 horas por la matanza de Hoshiarpur, de la que se responsabilizó ayer un grupo sij de nuevo cuño denominado Fuerza de Liberación de Jalistán. Apenas funcionó el transporte público de la gran ciudad, de seis millones de habitantes, y cerraron colegios, comercios y muchas oficinas.

A pesar de la intensa, presencia policial en las calles de la capital india, los disturbios, en los que se registró una treintena de heridos, comenzaron desde primeras horas en barrios periféricos. Al menos ocho autobuses y tres casas pertenecientes a sijs fueron incendiados por grupos de enfurecidos hindúes. Como en la jornada precedente, las fuerzas de orden público emplearon granadas lacrimógenas, esta vez contra saqueadores de Viviendas y comercios e improvisados constructores de barricadas.

Muere una mujer

Las agencias de noticias divulgaban informaciones de desórdenes similares en diferentes ciudades de los Estados de Haryana, Jamu y Cachemira e Himachal Pradesh, todos ellos limítrofes con Punjab.En este Estado, donde los sijs representan más de la mitad de la población, el terrorismo se cobró ayer una nueva víctima, una mujer, en las cercanías de Amritsar, la ciudad santa de los sijs, donde se encuentra su lugar más sagrado, el Templo Dorado.

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El primer ministro ha prometido a un Parlamento en ebullición que hoy a más tardar hará públicas las medidas globales que su Gobierno se propone adoptar para hacer frente a la situación.

El Ejecutivo indio estudia contra reloj modificaciones de la vigente ley antiterrorista que le permitan frenar la marejada de sangre desatada por el extremismo sij. Pero Rajiv Gandhi fue cauto al hacer el anuncio, ya que, según la Constitución vigente, el mantenimiento del orden público es competencia de los diferentes Gobiernos estatales.

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