La Brigada Anticorrupción de la policía investiga la desaparición de un joyero en Madrid
La Brigada Anticorrupción de la Policía investiga la desaparición en Madrid, en diciembre de 1983, de Mariano Loriente Chinchilla, de 38 años, representante de joyería. Loriente desapareció cuando transportaba en su vehículo 130 millones de pesetas en joyas, alhajas que hasta ahora tampoco han sido halladas. El vehículo, un Peugeot SOS, apareció días después en la planta que tiene reservada la policía en el aparcamiento de la calle Mayor de Madrid. Altas fuentes policiales consultadas por este periódico relacionan el caso con la red de corrupción policial (casos El Nani y Banesto).
Mariano Loriente abandonó e día 7 de diciembre de 1983 su domicilio, situado en la calle del Puerto de Idiazábal, en Vallecas (Madrid), con tres maletas que contenían diversos muestrarios de joyas con un valor de 130 millones de pesetas. Esa mañana visitó algunas joyerías para ofrecer su mercancía, y realizó alguna gestión bancaria. La última noticia que se conoce de él es una llamada sobre la una de la tarde a su jefe, Recaredo González Pazos, dueño de una industria de joyería que lleva su nombre.Su vehículo apareció a los cinco días en el aparcamiento de la calle Mayor de Madrid, concretamente en la planta que los comisarios e inspectores que prestaban su servicio en la Puerta del Sol de Madrid tienen reservada para sus automóviles camuflados. Éste es uno de los elementos que la Brigada Anticorrupción de la Policía baraja en su actual investigación.
Jaime Mesía
No obstante, los datos que investiga esta brigada, según altas fuentes policiales, se remontan al 17 de marzo de 1978. Ese día, Recaredo González, jefe de Mariano Loriente, fue secuestrado por cuatro personas durante 48 horas, hasta que su familia pagó 15 millones de pesetas por su libertad. Los secuestradores habían pedido inicialmente 25 millones, que luego rebajaron. El 10 de mayo de 1978, la policía detuvo a Jaime Mesía Figueroa por su presunta implicación en este atraco, según señalan sus antecedentes policiales.
Jaime Mesía se encuentra actualmente procesado por su presunta implicación en el superatraco a una sucursal en Madrid, en enero de 1985, del Banco_Español de Crédito (Banesto).
Por este mismo caso, se encuentran en prisión los inspectores de policía Victoriano Gutiérrez Lobo y Adelardo Rafael Martínez García. Ambos desempeñaron importantes cargos -jefes de Grupo- en la Brigada Regional de Policía Judicial. Victoriano Gutiérrez se encuentra procesado por su presunta implicación en la desaparición de Santiago Corella, alias el Nani.
En septiembre de 1979, otro representante de la firma Recaredo González, llamado Martín Tejero, sufrió un intento de atraco, que resultó frustrado, aunque el viajante resultó herido en una mano por disparo de arma.
El 19 de mayo de 1981, Mariano Loriente sufrió un primer atraco y le sustrajeron joyas valoradas en 100 millones de pesetas. El asalto fue efectuado por tres individuos en la calle donde vivía, Puerto Idiazábal. Ni Mariano Loriente ni un sobrino que se encontraba con él, llamado Francisco López Ros, reconocieron a sus asaltantes. El vehículo de Loriente fue hallado más tarde en un descampado, concretamente en Entrevías, según fuentes cercanas al representante.
Ell segundo atraco a Mariano Loriente coincidió con su desaparición. Tras la denuncia efectuada por la familia en la comisaría de Centro, el caso pasó al grupo de homicidios de la Brigada Regional de Policía Judicial de Madrid, que investigó la posibilidad -no descartada hasta el momento- de que el representante de comercio hubiera abandonado el país con las joyas.
Incluso, la policía intervino el teléfono del domicilio de Mariano Loriente con la intención de descubrir alguna llamada de éste a su mujer, María. Pilar Martínez González, hecho que nunca se produjo.
Altas fuentes policiales, sin embargo, relacionan la desaparición de Mariano Loriente con la red de corrupción policial Por ello, se encuentra actual mente investigando el caso la Brigada Anticorrupción. La Administración de Justicia ha tenido recientemente conocimiento del asunto.
Convicción de una muerte
La persona que no mantiene ninguna duda es la mujer de Mariano Loriente. Siempre habla de su marido en pasado, porque cree que está muerto. "Lo único que no sé es dónde le enterraron", añade María Pilar Martínez. La esposa del joyero cree que, antes de morir, sus atracadores le mantuvieron secuestrado durante unos días. María Pilar mantiene la convicción de que oyó llorar a su marido por teléfono el 13 de diciembre de 1983, seis días más tarde de su desaparición.
Ese día, según el relato de María Pilar, sonó el teléfono de su casa a las 10.45. Nadie preguntó por nadie; tan, sólo unos lamentos, que María Pilar cree que fueron de su marido. Desde ese día, asegura María Pilar, nunca más ha sabido nada de él. Ahora, María Pilar recibe a veces llamadas de personas que dicen ser policías y que la citan en diversos sitios en los que nunca aparecen.
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