Los obispos piden que se reconsidere la "razón de ser" de las cárceles

La comisión episcopal de pastoral social ha elaborado un documento sobre Las comunidades cristianas y las prisiones -presentado ayer por su presidente, Ramón Echarren-, en el que se pide a los poderes públicos medidas alternativas a la cárcel. Tras analizar la situación de los centros penitenciarios, los obispos piden "que se reconsidere seriamente cuándo la prisión deja de tener su razón de ser respecto a los fines de reeducación y reinserción social".Entre los hechos constatados por la mencionada comisión episcopal se encuentra que el 66% de los delitos cometidos por los 25.403 reclusos -24.056 hombres y 1.347 mujeres- que existían en las cárceles españolas a principios de 1986, fueron contra la propiedad. Los obispos consideran comprobada la insuficiencia de centros penitenciarios, que origina problemas de masificación, hacinamiento, falta de higiene, incapacidad del funcionariado para una atención adecuada a los internos, indisciplina, corrupción y mafia.

El documento episcopal estima que "la sociedad tiene derecho a protegerse de los que perturban la paz social, pero esa protección por medio de la represión y la cárcel", añade, "no está cumpliendo en la práctica con los fines de erradicación y prevención de la delincuencia". Por el contrario, dice, "la cárcel cumple con el fin de custodia, pero es muy ineficaz su acción de tratamiento y reeducación". Considera que la prisión actua, sobre todo para los más jóvenes, "como escuela de delincuencia y de irresponsabilidad".

Ante esta situación, la comisión episcopal "cuestiona el sistema de, la cárcel como un medio apto para cumplir con los fines que el mismo ordenamiento penitenciario propone". Entre otros hechos "degradantes para la dignidad del hombre" aparecidos en las cárceles, los obispos incluyen la tortura. Y entre las soluciones que piden a los poderes públicos como alternativa a las prisiones, figuran los servicios sociales, el fomento de medidas terapéuticas, el aumento del régimen abierto y del personal de prisiones, la potenciación de, equipos técnicos y la erradicación de la inactividad en los recintos.