_
_
_
_
Tribuna:LA ELIPSE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Irache

Primero no tenía nombre. Era la chica del anuncio de Leguina, "vivimos en Comunidad", que, en compañía de un mancebo igualmente en bolas, nos proponía una sexualidad sana, limpia, progrepsoe, racionalizada y bien. Ahora, Interviú, César Lucas, la cosa, han metido la cámara hasta la intimidad más íntima de la anónima musa comunitaria, es decir, hasta su nombre, y ya sabemos que se Rama Irache, porque se lo ha preguntado Cantero. Una vez más, la ingenuidad pabloeclesial superada por la realidad de la verdad de la vida. Irache (chatilla, ojos claros, seno breve, cuerpo joven como un alma) es una modelo que posó cobrando para publicitar la Autonomía de Madrid y aconsejarnos austeridad venérea, como ahora posa, supongo que también cobrando (y con más intención en el desnudo) parael gran César Lucas. Un reportero audaz y veterano ha roto con el puritanismo socialista como la vida rasga siempre las vestiduras de los vivos y de los muertos. Irache, sin saberlo, alegorizaba cien años de ética/ PSOE, como las Irachelmatronas alegorizaban la República, la Revolución, la justicia, la Beneficencia o lo que fuese. Pero la señorita /Comunidad ha traicionado de pronto su causa, que no sabía que era su causa, y le ha puesto los cuernos a Leguina con Antonio Asensio. Así son las modelos, así son las alegorías, así se escribe (y se fotografía) la Historia. Esperamos que la tan nombrada honestidad/psoe no se entregue un día al ludismo voraz de un fotógrafo, aunque la verdad es que también les gusta salir en los papeles, y sin tener el cuerpo que tiene Irache, que entre Irache y Barrionuevo no hay color, y también sale lo suyo, aunque de corbata. Tiene uno muy escrito que la mujer es naturalmente alegórica, y ahí está la abortista de Barcelona, que se lo hizo ante los medios de comunicación, con seis feministas/comadronas inversas atendiéndola en el trance, para protestar contra el aborto gubernamental, que les debe parecer algo así como abortar con perejil. Óscar Alzaga, el nacional-católico/demopopular, ha presentado una proposición no de ley por la que solicita del Congreso que permita a las españolas ingresar en el Ejército. Sé comprende que, con estas iniciativas, tío Oscar pierda todo el rato las elecciones. ¿Y si a todas las mozas reclutas o cadetes les da por desencuerarse para Interviú, señor Alzaga? Con un ejército femenino no vamos a salvaguardar Ceuta y Melilla. Ustedes, los nacionalcatólicos, es que no saben nada del mujerío. La milicia, que tiene muy buen sentido, no va a correr el riesgo de que una señorita/símbolo de la Artillería o la Intendencia se desnude un día para César Lucas, con lo austera que es la Intendencia. El madrileño parque Eva Duarte es hoy cita lujuriosa de la noche, los delincuentes, los toxicómanos y las señoritas. Porque, para qué vamos a engañarnos, toda señorita nacional acaba, antes o después, desnudándose para un magazine o para su novio, desde que el mundo es mundo y la democracia no es orgánica. Leguina ha caído en la ingenuidad decimonónica de simbolizar la Comunidad de Madrid en una señorita/alegoría, pero la alegoría le ha salido cachonda y la señorita fácil de cremallera. El PSOE, en general, mueve mucha mitología decimonónica-de la honestidad, y hace bien, hasta que le sale un alcalde que reparte loterías, con toda propiedad, por el sis,tema lotario del capricho, o una tía mitológica que se desmitologiza de sostén en Interviú. Los cien años de ética, la ética de los cien años, ha tenido asimismo propuestas tentadoras de vender su castidad por una exclusiva. En unas dicen que ha caído y en otras no. Porque no hay honestidad que cien años dure ni jai que se aguante las ganas. Los símbolos, mejor abstractos, que para eso está Chillida.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_