La liberalización española es superior a la europea, según Fernández Ordóñez

La liberalización aplicada por el Gobierno socialista en muchos aspectos, como los alquileres y los horarios comerciales, ha sido más profunda que la existente en los países europeos, según manifestó ayer Miguel Ángel Fernández Ordóñez, secretario de Estado de Economía y Planificación, en la 25ª Asamblea de la Agrupación de Miembros del IESE, celebrada en Barcelona.

El secretario de Estado señaló que la incorporación de España a la CE había significado "una gran estabilidad de la política económica, aunque en algunos campos como el agrícola y el de las inversiones regionales se había dado un paso atrás". Fernández Ordóñez aseguró que el Gobierno continuaría aplicando la misma política liberalizadora los próximos cuatro años de mandato.La mayoría de las intervenciones de los ponentes durante los dos días en que se desarrollaron las sesiones defendió la necesidad de intensificar la flexibilización de la economía. Ayer, Juergen B. Donges, vicepresidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel, calificó de error la política de la CE de fomentar directamente las actividades empresariales en investigación y desarrollo como en el caso del proyecto Eureka. Precisó que las pequeñas empresas se ven discriminadas en las subvenciones estatales porque "no pueden con el papeleo necesario".

Klaus Luft, presidente de Nixdorf Computer, defendió la necesidad de la competencia y la competitividad en Europa. Luft afirmó que "el Estado debe defender la competitividad y no a las empresas que no tienen éxito. No es la nueva tecnología la que conduce al éxito, sino los empresarios innovadores que la utilizan".

Arnoldo Hax, profesor de Management, del Massachusetts Institute of Technology, señaló que, en el futuro, el éxito o fracaso de las empresas dependerá de su capacidad de venta en el exterior. Destacó el esfuerzo de las nuevas empesas por la globalización de su producción para facilitar su venta en todos los mercados. Antonio Argandoña, catedrático de Teoría Económica, centró su intervención en la crisis del Estado del bienestar. Según Argandoña, "su crecimineto ha sido excesivo, ha desplazado a la iniciativa privada y ha puesto de manifiesto los elevados costes del bienestar abundante y barato para todos".