El anuncio del asesinato no confirmado del presidente norcoreano apunta a la existencia de una conspiración
La noticia del asesinato del dirigente norcoreano, Kim Il-Sung, hecha pública en la madrugada de ayer por Corea del Sur y desmentida por Corea del Norte, ha sido interpretada por los diplomáticos de la zona como un síntoma de que se ha producido un intento de desestabilización en el país. La ausencia de pruebas en uno u otro sentido hace que persista la duda sobre el alcance de la maniobra. Asimismo, existe la posibilidad de que el Gobierno norcoreano esté intentando ganar tiempo para resolver una eventual sucesión del presidente Kim, dado que su hijo y sucesor designado, Kim Jong-II, carece de apoyo suficiente.
Algunos diplomáticos consideran que este asunto no se inscribe en la habitual guerra de propaganda entre los Gobiernos de los regímenes ferozmente hostiles de las dos Coreas. Dichas fuentes subrayan que actualmente hay motivos de inestabilidad en Corea del Norte.Según el anuncio hecho en la madrugada de ayer por el Ministerio surcoreano de Defensa, el presidente Kim resultó muerto como consecuencia de los disparos recibidos mientras viajaba en un tren.
Varios diarios de Seúl (capital surcoreana) publicaron en sus ediciones de la tarde de ayer que el presidente Kim había fallecido el domingo víctima de una conjura militar supuestamente prochina, informa desde Hong Kong Ramón Vilaró.
La noticia no ha sido confirmada más que por la agencia de noticias japonesa Kyodo, que citaba informaciones recibidas de Hanoi y procedentes del Partido Comunista de Vietnam, que asegura haberlas obtenido, a su vez, del Partido de los Trabajadores norcoreano.
La atención de los diplomáticos se concentra actualmente en la fuente citada por el ministerio surcoreano en su anuncio del lunes: los altavoces norcoreanos de la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas a la altura del paralelo 38. El ministro surcoreano de Defensa, el general Lee Ki-Baek,manifestó que, según la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana y el mando de las fuerzas norteamericanas en Seúl, la muerte del presidente Kim es "casi segura" y que "una fuerte lucha por el poder se desarrolla en Corea del Norte". El ministro añadió que en el sector Este de la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas las unidades norcoreanas habían puesto las banderas a media asta y tocaban música fúnebre.
En las horas siguientes a su anuncio, dicha información fue, sin embargo, desmentida categóricamente por los diplomáticos de las embajadas de Corea del Norte en Pekín, Moscú, Hanoi y París, que la calificaron de "absurda" o de "pura invención". Algunos precisaron que el presidente Kim y su hijo y sucesor designado, Kim Jong-II, de 43 años, se encontraban "en buena salud".
Fuertes diplomáticas norteamericanas y suecas en Tokio y en Seúl han señalado que la situación era normal en Panmunjon, en el punto de contacto entre Corea del Norte y el Mando de las Fuerzas de las Naciones Unidas en Corea.
Por otra parte, según las informaciones recibidas de fuentes diplomáticas occidentales en la capital norcoreana, la situación era normal ayer en la capital, Pyongyang, la radio emitía su programación habitual y ninguna bandera se encontraba a media asta. Mientras, las autoridades chinas y soviéticas, máximos aliados de Corea del Norte, guardaban silencio al respecto.
Por otra parte, el número uno de Mongolia, Jambyn Batmunj, invitado en "visita oficial de amistad" por el presidente Kim II-Sung, no anuló un viaje programado y salió ayer para Pyongyang, según anunció la agencia soviética Tass. La agencia china de noticias Xinhua, en un despacho desde la capital norcoreana que no hacía referencia alguna a los rumores sobre la muerte de Kim II-Sung, afirmó que Batmunj sería recibido hoy "por los líderes del Estado y del partido".
"Lo cierto es que algo inhabitual se ha producido en Corea del Norte", manifestó, sin embargo, una fuente del Ministerio japonés de Asuntos Exteriores. Un diplomático europeo destacado en Seúl con el que se estableció contacto desde Tokio fue más allá al asegurar que Kim II-Sung "puede muy bien estar muerto y que es muy posible que ello no se anuncie hasta dentro de unos días, cuando esté solucionado el problema de la sucesión".
Pese a la ausencia de cualquier certeza sobre la suerte corrida por Kim, numerosos observadores no descartan la hipótesis de que se haya producido un intento de desestabilización del régimen de Pyongyang. Algunas fuentes consideran que ciertas divisiones norcoreanas estacionadas cerca de la zona desmilitarizada han tomado parte en una conjura contra el presidente Kim. Otra fuente diplomática considera que Kim Jong-II no cuenta con el apoyo del partido y, basándose en especulaciones fundados sobre recientes disidencias en el seno del Ejército norcoreano, consideró verosímil una maniobra desestabilizadora.
En cualquier caso, en Tokio se excluye cualquier influencia extranjera directa en los asuntos de Corea del Norte. "Si pasa algo, se debe a razones internas", aseguró un diplomático europeo. Aunque están preocupados por el acercamiento entre Pyongyang y Moscú, "los chinos quieren mantener el statu quo en sus fronteras del norte", precisó la misma fuente.
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