Chile dispone de una vasta red de espionaje en Argentina
El anuncio oficial del portavoz del Ministerio de Justicia de Brasil, Ademir Malavazi, de que ese país había decidido conceder asilo a dos familias chilenas "tras investigar y verificar que realmente sufrieron violencias en Buenos Aires", confirmó las denuncias de los exiliados sobre una vasta red de espionaje montada por Chile en la Argentina.Tras ser liberados de un secuestro de cuatro horas, Rengifo y Soto se refugiaron junto a sus familias en la embajada de Brasil en Buenos Aires y pidieron asilo político. Las dos familias chilenas partieron desde Argentina en un vuelo regular protegidos por funcionarios brasileños.
Los principales dirigentes políticos chilenos exiliados en Argentina denunciaron hace más de un año la infiltración de agentes de los servicios de inteligencia de su país entre los militantes de las organizaciones opositoras al régimen de Augusto Pinochet. La red de espionaje se mantiene desde que Argentina y Chile estuvieron al borde de la guerra en 1978 por sus diferencias limítrofes en la zona del canal de Beagle, cuando los dos países estaban sometidos por los militares.
Tras el retorno a la democracia, el Gobierno de Raúl Alfonsín se dispuso a terminar con la cuestión limítrofe con Chile y aceptó la propuesta hecha por mediación del papa Juan Pablo II.
A partir de ese momento, el medio centenar de personas de que dispone en Argentina la inteligencia militar chilena se dedica al control de los exiliados. Se confunden con ellos entre los que cruzan la frontera ilegalmente por el sur del país y se instalan luego en los centros urbanos más importantes de Argentina, especialmente en Buenos Aires y en Mendoza, la ciudad fronteriza más cercana a Santiago de Chile.
La red cubre los centros de exiliados y las zonas de la precordillera de los Andes por donde la dictadura chilena cree que se pueden fugar o recibir asistencia los miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, la organización guerrillera que actúa en Chile. En su reciente visita a Cuba, Alfonsín le advirtió a Fidel Castro que Argentina no se convertiría en base de operaciones para los grupos guerrilleros.
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