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El Ayuntamiento de Aranjuez inmoviliza una partida de gaseosas La Casera

El alcalde de Aranjuez, Eduardo García (PSOE), ha ordenado "la inmovilización cautelar y provisional" de 2.000 botellas de gaseosas La Casera debido a que varios vecinos han sufrido cortes por cristal en diversas partes del cuerpo al explotarles entre las manos botellas de gaseosa. El inspector municipal de Consumo, José Luis López Carro, ha comprobado la existencia de seis casos -entre ellos, un bebé de 17 meses- y sospecha que se han producido algunos más que no han sido denunciados. El gerente de la fábrica distribuidora, Francisco Moya, ordenó recambiar todos los envases repartidos en la localidad.

El caso más grave denunciado a la Oficina Municipal del Consumidor fue el accidente sufrido, el pasado 24 de octubre, por el bebé de 17 meses José Luis Pradillo, al que se tuvieron que aplicar siete puntos de sutura en el muslo derecho, en el centro de urgencias de Aranjuez. Su madre, María del Carmen Barroso, explicó que el niño cogió la botella de una alacena y le explotó en las manos. "Tuvo que ser una explosión porque el bebé se quedó con el cuello de la botella en la mano". "Además", añadió, "vecinas de mi casa me comentaron que habían oído el ruido típico de una explosión".Eso mismo opina Carmen Marín Huete, que recibió seis puntos de sutura cerca del pecho hace un mes. "Al colocar una segunda botella de gaseosa en el armario, me explotó en las manos. Los cristales me destrozaron la blusa y la rebeca".

Otros casos conocidos por la inspección de Consumo del Ayuntamiento son el de un ama de casa a quien reventó la botella de gaseosa en el bolso; o el de otra mujer que recibió nueve puntos de sutura en una pierna, uno de ellos en una vena. En total, según el Ayuntamiento, han sido cuatro amas de casa, un bebé y un hombre los afectados

"Muchísima coincidencia"

Francisco Moya, gerente de la fábrica de La Casera en Toledo, calificó ayer de "muchísima coincidencia" el hecho de que todas las explosiones se hayan producido en Aranjuez. Según Moya, más de un millón de botellas se han distribuido desde octubre en la zona sur de Madrid y en zonas de Toledo y Ávila. "Que tenga noticias" dijo, "sólo un señor de Talavera de la Reina pudo sufrir un accidente similar hace cuatro meses, al que tuvieron que dar dos puntos en una pierna". "De todas formas", añadió, "no tenemos pruebas de que hayan sido explosiones porque no las hemos podido analizar".El gerente explicó que los envases, fabricados por tres proveedores, se someten a un control de calidad exhaustivo. Moya añadió que los envases, que tienen el mismo grosor de siempre, "corno se someten a fuertes presiones en las etapas de fienado y posterior encajonado, permanecen cuatro o cinco días en almacén por motivos de seguridad".

Por su parte, el alcalde de Aranjuez, Eduardo García, informó ayer que la orden de incautación cautelar durará hasta el jueves, "fecha a la que se ha comprometido el señor Moya para el recambio de todos los envases".

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El director de mercadotecnia, Antonio Mayoral, explicó que los 2.000 envases retirados serán sometidos a análisis. Y señaló que, al margen de posibles defectos en el vidrio, las botellas podrían haber explosionado por la agitación del líquido, por un cambio brusco en la temperatura o por un golpe en el recipiente.

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