La designación del capitán general para Barcelona resta fuerza a supuestas tensiones en el ejército

El Consejo de Ministros nombró ayer a los generales Baldomero Hernández y Juan Castellanos capitanes generales de Barcelona y Burgos, respectivamente, lo que pone de relieve, según diversas fuentes oficiales, que la "discrepancia lógica" que existe en el Ejército con la fórmula para solucionar el problema de la UMD no tiene ninguna consecuencia preocupante. Fernando Rodríguez Ventosa, anterior capitán general de Cataluña, se despidió ayer de sus más directos colaboradores.

Javier Solana, portavoz del Gobierno, declaró tras el Consejo de Ministros de ayer que el supuesto ruido de sables del que se habló estos días "es más pretendido que real". "No hay nada que permita pensar que hay malestar", precisó. Agregó Solana que el ministro de Defensa, Narcís Serra, no informó al Consejo de Ministros sobre las razones por las que Rodríguez Ventosa pidió el pasado lunes el paso a la reserva, pero repitió que se trataba de "motivos personales".La capitanía general de Zaragoza, hasta ahora al mando de Baldomero Hernández, queda vacante y no se descarta que no sea cubierta, ya que está prevista para enero la fusión de la misma con la de Barcelona.

En la reunión que el jueves de la pasada semana mantuvo Serra con los generales miembros del Consejo Superior del Ejército, el ministro habló durante cuatro horas del contenido de la fórmula acordada por el Gobierno para solucionar el problema de los nueve expulsados de las Fuerzas Armadas p9r pertenecer a la Unión Militar Democrática (UMD).

Serra señaló a los generales que el Gobierno estaba convencido de que era "el momento adecuado" para abordar esa cuestión. Les precisó que, según sus datos, esos nueve militares no tenían previsto incorporarse al Ejército.

General airado

La mayoría de los generales coincidió en afirmar que, desde' el punto de vista de la disciplina y legislación castrenses, era inadmisible la fórmula gubernamental, y que esa solución prevista podía originar reacciones muy negativas en el seno del Ejército. Fue el capitán general de Cataluña, Fernando Rodríguez Ventosa, quien se expresó en términos más duros, airados y enérgicos contra el proyecto gubernamental.

El propio Jefe del Ejército en aquel día, teniente general José María Sáenz de Tejada, comentó que, de los sondeos previos realizados en el seno de las unidades, prácticamente la totalidad del Ejército discrepaba con el proyecto.

Hubo otros generales, que defendieron que era el momento, adecuado para abordar la solución política definitiva al problema. Entre ellos, figuraron José Antonio Sáenz de Santa María, Francisco Veguillas y Fernando Gautier, ex director general de la Guardia Civil, capitán general de Valladolid y capitán general de Sevilla, respectivamente.

Fuentes oficiales han asegrado que la única actitud "estridente" la protagonizó Rodríguez Ventosa, quien basó también su descontento en otras razones -atentados terroristas contra militares o política de modernización en determinadas regiones-, mientras el resto de intervenciones se produjeron "en un tono dialogante". Al término de la reunión, Serra dijo que, a pesar de la discrepancia generalizada, el Gobierno tenía ya decidido enviar al día siguiente el correspondiente proyecto a las Cortes.

En esa reunión del Consejo Superior no se leyó documento alguno sobre los estados de opinión del Ejército, aunque posteriormente se ha sabido que el general jefe de la Brigada Paracaidista (Bripac), Antonio Vicente Martínez, había enviado días antes a Sáenz de Tejada un informe. En ese documento, según personas que lo han leído íntegramente, el jefe de la Bripac señalaba que el asesinato del general Rafael Garrido en San Sebastián había causado un hondo, doloroso y triste sentimiento en la unidad.

El jefe de la Bripac también señalaba en el documento que la solución prevista por el Gobierno para el problema de la UMD originaría agrios comentarios y malestar en el Ejército, como ha sucedido.

Cuatro días después de la reunión del Consejo Superior del Ejército y tres después de aprobado el proyecto de la UMD, y coincidiendo con la toma de posesión de la nueva Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), Rodríguez Ventosa presentó a Iñiguez su petición de pase anticipado a la reserva.

Rodríguez Ventosa, según han coincidido varios generales, se sentía postergado por el Ejecutivo en sus aspiraciones profesionales, y ese sentimiento le había llevado a la adopción de posturas "radicalizadas" en las últimas semanas. El detonante para pedir su pase a la reserva fue el hecho de no figurar ni siquiera entre los candidatos para la nueva JUJEM -discrepaba además de que el jefe del Ejército, Miguel Iñiguez, fuera el más adecuado para el cargo- y la aprobación del proyecto sobre la UMD.

Una vez que el Consejo . de Ministros del pasado día 31 aprobó el proyecto sobre la UMD, que ya se encuentra en las Cortes y que el Gobierno pretende tramitar por el procedimiento de urgencia,- los comentarios críticos en los cuarteles contra la iniciativa gubernamental han sido numerosos, pero, salvo en el caso de Rodríguez Ventosa, todas las fuentes gubernamentales y militares consultadas coinciden en que "no pasan de eso: de expresar una discrepancia lógica que ya era conocida por el Gobierno, sin más consecuencias", en frase de un alto cargo de Defensa.

Varios capitanes generales han comentado estos días que no entienden la postura de Rodríguez Ventosa, porque su actitud ha supuesto un punto negativo al fin de una brillante carrera profesional.

[El Consejo de Ministros de ayer también acordó el nombramiento de Jesús García Villoslada, hasta ahora delegado del Gobierno en Cantabria, como delegado del Gobierno en Navarra, cargo en el que sustituye a Luis Roldán, director general de la Guardia Civil].