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Febres Cordero: "El problema de la deuda externa es de subsistencia y trasciende lo económico"

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ENVIADO ESPECIAL

Pregunta. Señor presidente, su país ha conocido momentos difíciles desde su elección, tanto en el plano político como en el económico. ¿Cuál de los dos aspectos le preocupa más como elemento desestabilizador de la democracia?

Respuesta. Superando múltiples obstáculos, el pueblo ecuatoriano impuso su voluntad en las elecciones de mayo de 1984. Desde entonces se ha ido perfeccionando el sistema democrático; a pesar de ciertas dificultades institucionales, y durante 17 meses, fue factible una vigorosa recuperación de las actividades económicas, incluyendo la primera renegociación exitosa de la deuda externa, entre todos los países del Tercer Mundo. Desde finales de enero hasta comienzos de febrero de 1986, se derrumbaron los precios internacionales del petróleo, producto básico de la economía ecuatoriana, determinando la baja de más de 1.100 millones de dólares [unos 130.000 millones de pesetas], en cuanto al ingreso de divisas y de 60.000 millones de sucres (unos 600 millones de dólares) en cuanto a los recursos del fisco. En toda su historia republicana, Ecuador no ha registrado pérdidas absolutas ni relativas de estas magnitudes.

P. Ecuador tiene acumulada una deuda externa de unos 7.000 millones de dólares. ¿Está en condiciones de pagar esta cantidad?

R. Ecuador es partidario de la tesis de satisfacer las obligaciones crediticias foráneas, porque así lo exigen el honor nacional y el mantenimiento del flujo de capitales extranjeros, necesarios para su desarrollo; pero afirma también que no cabe sacrificar al pueblo para cumplir exclusivamente el servicio de la deuda.

P. Varios gobernantes latinoamericanos han propuesto soluciones distintas para el pago de la deuda. ¿Con cuál de estas posiciones se siente usted identificado?

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R. Ecuador ha proclamado que el problema de la deuda trasciende lo bancario e inclusive lo económico; es un asunto político, del que dependen la subsistencia y el mejoramiento sustancial de los pueblos del hemisferio, precisando de comprensión, diálogo y fórmulas equitativas, para ser superados.

P. Usted ha defendido desde la presidencia una política económica de rigor, más o menos en la línea de la propuesta por el Fondo Monetario Internacional, que evite precisamente un aumento de esa deuda. ¿Cree que esa política es posible en países pobres como el suyo?

R. En el problema de la deuda comparten responsabilidades los prestamistas y los deudores. Las soluciones deben provenir de unos y otros; en lo que alude a estos últimos, son indispensables el realismo, la austeridad y el manejo lo más honesto y eficiente de los recursos disponibles.

P. Los observadores atribuyen a su política económica la derrota de su partido en el referéndum y las elecciones legislativas del pasado junio. ¿Está usted de acuerdo con esta interpretación?

R. Es precisa una distinción. La tesis propuesta en la consulta popular por el Ejecutivo, para perfeccionar la democracia, eliminando discriminaciones que afectan a cuatro de cada cinco ciudadanos, no obtuvo la mayoría. En las elecciones parlamentarias, los resultados fueron similares a los de 1984, siendo el Partido Socialcristiano, al que yo pertenezco, el que acusó más sustanciales progresos.

Lo ocurrido en la consulta popular fue debido a la distorsión de la propaganda desenvuelta por grupos opositores que a la pregunta formulada le dieron impropiamente el sentido de un tácito respaldo al Gobierno.

P. Una, tal vez la primera, causa de la acumulación de la deuda en su país ha sido la caída de los precios del petróleo. ¿Cuál cree usted que debería ser la política a seguir para estabilizar o aumentar los precios del crudo?

R. La deuda externa se acumuló en el Ecuador como consecuencia de los errores de la política fiscal ejecutada por Gobiernos anteriores al mío y por las restricciones a la inversión extranjera productiva. La estabilización de los precios internacionales del petróleo se logrará equilibrando adecuadamente la oferta y la demanda de hidrocarburos.

Reglas justas de intercambio

P. ¿Confía usted en la línea seguida por la OPEP? ¿No teme que la crisis actual acentúe la división entre países ricos y pobres en el seno de la organización?R. Todos los países exportadores de petróleo, pertenezcan o no a la OPEP, tienen que contribuir para que se alcance el equilibrio mencionado en el comercio del crudo. A su vez, los importadores de hidrocarburos deben abandonar prácticas proteccionistas, y en conjunto la comunidad internacional se halla en la ineludible obligación de buscar reglas justas, acerca del intercambio externo de bienes y servicios.

P. ¿Considera usted que la actual crisis del petróleo afecta a los productores latinoamericanos y que, por tanto, sería conveniente una política latinoamericana propia al respecto?

R. La crisis del petróleo afecta a todos los exportadores del mismo, la medida del perjuicio depende de las peculiaridades de cada país. Una sagaz y coordinada actuación de los países latinoamericanos será, en todo caso, elemento positivo para superar el problema.

P. Su Gobierno y su país han sido considerados como los primeros beneficiarios del plan Baker y han recibido un importante préstamo de Estados Unidos. ¿Cree usted, señor presidente, que la política que Estados Unidos propone para el pago y la cancelación de la deuda externa es correcta?

R. Dada la gravitación de Estados Unidos sobre la política económica mundial, es obvio que sus políticas fiscal, de cooperación, de la deuda y de comercio exterior tienen muy destacada trascendencia sobre el desenvolvimiento de los diversos países, particularmente los situados en el hemisferio occidental.

P. ¿Qué opina en relación con la política de Estados Unidos en Centroamérica y del apoyo de este país a los grupos antisandinistas?

R. Ecuador sostiene con firmeza la tesis de que la solución del problema centroamericano tiene que asentarse sobre tres bases fundamentales: la no intervención de países ajenos a la zona, expresándose la autodeterminación de los pueblos respectivos; la realización de elecciones auténticamente libres, y el celoso respeto a los derechos humanos, sin discriminaciones ni distorsiones que desconocen a éstos.

P. Su país se separó del Grupo de Apoyo a Contadora y rompió relaciones con Nicaragua. ¿Le parece infructuosa la labor de Contadora?

R. El desempeño del Grupo de Contadora ha sido lamentablemente lento respecto de situaciones que exigen de remedios rápidos y tangibles. Ecuador rompió relaciones con Nicaragua en salvaguarda del honor nacional y como testimonio de adhesión al principio fundamental de la no intervención.

"Brotes terroristas"

P. Su país, como otros de la zona, sufre un problema de actividad guerrillera. ¿Cómo se enfrenta su Gobierno a esta situación?R. Es de suprema importancia señalar que el Ecuador no enfrenta un problema guerrillero. Ha venido enfrentando brotes terroristas y lo ha hecho mediante la activa labor de las fuerzas del orden, enmarcada dentro de las facultades y los deberes que fijan la Constitución y las leyes en vigencia.

P. ¿Contempla su Gobierno alguna fórmula de diálogo con la guerrilla similar a la de su vecino Colombia?

R. No habiendo guerrilla, no puede haber diálogo con guerrilleros.

P. ¿Cree usted que el grupo Alfaro Vive Carajo está alimentado desde el exterior?

R. Hay evidencias, tanto sobre la íntima conexión entre los grupos terroristas y los narcotraficantes, cuanto sobre las vinculaciones de quienes operan dentro de varios países del sector, especialmente Ecuador y Colombia.

P. Con relación a de las fuerzas armadas, ¿cuáles han sido los efectos del incidente protagonizado por el general Vargas?

R. Las fuerzas armadas ecuatorianas han dado y dan ejemplo de rigurosa lealtad a la democracia, obediencia al ordenamiento jurídico y dedicación al cumplimiento de sus labores específicas relacionadas con la integridad del país y el desarrollo económico y social de los ecuatorianos. El incidente protagonizado el mes de marzo anterior por el teniente general Frank Vargas se debió básicamente a la inquietud que él experimentaba de no alcanzar el grado siguiente dentro de la jerarquía castrense. Trato de justificar sus acciones mediante supuestas denuncias de irregularidades administrativas, que no ha podido demostrar, hallándose sometido ahora a jueces independientes del Ejecutivo, quienes desenvuelven procedimientos con apego a las leyes en vigencia.

P. ¿Considera que sucesos de este tipo pueden volver a repetirse?

R. Entendida la verdadera razón de la aventura golpista del teniente general Vargas y observada la fidelidad constitucionalista de las fuerzas armadas, estoy seguro de que no se repetirán episodios de índole análoga a la mencionada.

P. Su Gobierno tiene que hacer frente a todos estos problemas con la dificultad añadida de no contar con mayoría en el Parlamento. ¿Cree que podrá concluir su mandato presidencial en estas condiciones? ¿Qué solución tendría esta situación? ¿Ha pensado en unas elecciones anticipadas?

R. La Ley Suprema del Estado fija en cuatro años el período de ejercicio presidencial. Para ese lapso me eligieron la mayoría de mis compatriotas. Que el Ejecutivo no tenga mayoría en el Congreso no es impedimento para que realice obra de tangible beneficio popular, según lo demuestra, con la fuerza de los hechos, el lapso de 27 meses corridos desde cuando asumí la presidencia de la República.

P. El mismo día de la toma del poder usted declaró que haría todo lo posible para mejorar las relaciones con España, a pesar de las diferencias ideológicas entre ambos países. ¿Cree que eso se ha conseguido?

R. Las relaciones de Ecuador y España, tradicionalmente amistosas por múltiples motivos, muestran ahora caracteres especialmente prometedores, que deberán traducirse en evidentes beneficios para el progreso de los pueblos respectivos.

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