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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Militares en Uruguay

Como en el reportaje realizado por Cristina Peri Rossi a Raúl Sendic -publicado en la edición del pasado 2 de noviembre de su importante periódico- el referido ciudadano uruguayo hace algunas afirmaciones inexactas relacionadas con problemas de la vida política e institucional del Uruguay, le agradecería dispusiera la publicación de las siguientes aclaraciones y precisiones:El señor Sendic asegura que "'en Uruguay hay frecuentes reuniones de núlitares que trabajan sobre un proyecto de golpe como un plan posible". Debo expresar que desde el 1 de marzo de 1985, y por imperio de las normas constitucionales, el comandante en jefe de las fuerzas armadas es el presidente de la República, sobre cuya vocación institucionalista no puede calber el menor género de dudas. Por otra parte, el doctor Sanguinetti, en ejercicio de sus facultades constitucionales, ha aplicado ya algunas sanciones, no relacionadas con esas reuniones, que no existen, sino con algunas donde no se han cumplido estrictamente las normas disciplinarias fijadas por la ley, sin que a nadie se le ocurriera desconocer su autoridad.

Posteriormente, el señor Sendic afirma que "en Uruguay no se ha podido recortar el presupuesto de las fuerzas armadas, que es el 40% más alto que el de educación o el de salud". En mi país, las normas que regulan la vida presupuestal, desde el punto de vista constitucional, son de dos tipos: el presupuesto general, de carácter quinquenal, que fuera sancionado el año pasado, y las rendiciones de cuentas, de carácter anual, que regulan y ajustan las normas presupuestarias. En la primera de dichas leyes, el presupuesto general, se han estable,cido normas que aseguran que para 1988 los presupuestos de salud pública y educación llegarán, por lo menos, a los niveles que habían conquistado antes de la dictadura y que estaban entre los más altos de la región. En la rendición de cuentas que se está estudiando en estos momentos en el Parlamento se han contemplado todas las solicitudes formuladas por la administración autónoma de la educación pública y se ha atendido tanto a la salud pública como a la Un¡versidad, particularmente en lo que se refiere a ésta para las funciones de investigación científica y extensión universitaria.

No es exacto que las fuerzas armadas disfruten hoy de ningún privilegio especial. Por primera vez en la historia presupuestaria de mi país, los oficiales generales recibirán un sueldo inferior al de los legisladores, que es relativamente modesto. Se ha realizado y se realiza, una severa política de contención en los gastos militares, especialmente en las inversiones. Se han aumentado, sí, los sueldos del personal de tropa, que estaban por debajo del salario mínimo nacional, llevándolos a un nivel decoroso, pero el porcentaje del gasto militar es menor que el de los rubros señalados, y se seguirá reduciendo.

También expresa el señor Sendic que "tampoco se ha podido procesar a militares que cometieron delitos contra los derechos humanos o fraudes económicos". Es bien sabido que el presidente Sanguinetti remitió al Parlamento un proyecto de ley de amnistía, inspirado en los mismos principios que alentaron la ley de amnistía de marzo de 1985, a resultas de la cual recuperaron su libertad y sus derechos todos los que habían intervenido en la subversión tupamara. Esa ley no fue votada por el Parlamento, como tampoco lo fue un proyecto presentado por los legisladores nacionalistas, estando, en estos momentos, examinándose la posibilidad de otra solución de carácter legal. Será, pues, la ley la que diga la última palabra a este respecto, y de ninguna manera la voluntad de los militares. Es, finalmente, inexacta la afirmación de que (los militares) "han desacatado a la Su-

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prema Corte de Justicia negándose a comparecer ante los jueces". También, a este respecto, la última palabra la tendrá la ley.- Embajador de Uruguay.

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