El Reino Unido decide ampliar a 150 millas las aguas pesqueras de las islas Malvinas

El Reino Unido ha decidido establecer a partir del 1 de febrero próximo una zona de conservación provisional de 150 millas, ampliables a 200, en torno a las Malvinas, dentro de la cual sólo podrán pescar los buques provistos de licencias expedidas por el Gobierno archipiélago. El Gobierno argentino rechazó "categóricamente" pero "con serenidad" la decisión británica.

La medida fue anunciada ayer en la Cámara de los Comunes por el secretario del Foreign Office, sir Geoffrey Howe, tras una serie de denuncias en los medios de comunicación británicos sobre lo que han calificado de saqueo de los bancos pesqueros malvinos por flotas extranjeras.

Howe manifestó que la medida ha sido adoptada como consecuencia de "las acciones de patrulla por parte de Argentina a más de 200 millas de Patagonia y a menos de 200" de las Malvinas. El ministro británico se refirió al "uso ¡legal de la fuerza (por parte de Argentina), que en tina ocasión se tradujo en la pérdida de vidas humanas y en el hundimiento de un pesquero" de Taiwan por una patrullera argentina.

El Reino Unido considera, añadió Howe, que Argentina tiene la intención, a través de la conclusión de acuerdos pesqueros con la Unión Soviética y Bulgaria, de "ejercer una jurisdicción que, de acuerdo con el Derecho internacional", pertenece a las Malvinas.

Después de anunciar el establecimiento de una zona provisional de conservación y administración de 150 millas, Howe manifestó que al mismo tiempo se quiere proclamar el derecho de las Malvinas, "de acuerdo con la ley internacional, a extender las aguas jurisdiccionales en materia pesquera a 200 millas, previa delimitación con Argentina".

Howe añadió que también quería confirmar los derechos británicos sobre la plataforma continental "de acuerdo con los límites establecidos por las leyes internacionales".

Técnicamente, y como consecuencia del conflicto de las Malvinas en 1982, el Reino Unido y Argentina siguen en estado de guerra. Los intentos de restablecer relaciones han fracasado, pues Londres se niega a discutir sobre la soberanía del archipiélago.

El Gobierno argentino rechazó "categóricamente", pero "con serenidad" la decisión británica. El jefe del Estado argentino, Raúl Alfonsín, convocó ayer por la tarde una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, Dante Caputo, y con todos los jefes militares y, al término de la misma, se reunió el Gobierno para decidir la respuesta a la decisión británica.

El portavoz del Gobierno de Buenos Aires, Ignacio López, al mismo tiempo que señalaba la firmeza de la reacción argentina, indicó explícitamente que ésta no saldría fuera de las "vías pacíficas" que ofrecen "las instancias internacionales".

"El Gobierno", declaró Ignacio López, "expresa la reacción más firme y el rechazo más categórico ante una decisión que afecta a su soberanía. Utilizará todos los medios pacíficos para oponerse a ella con firmeza y serenidad".

Según la agencia Efe, el ministro argentino de Asuntos Exteriores, Dante Caputo, celebró ayer una conversación telefónica con el embajador argentino en las Naciones Unidas, Marcelo Delpech, para darle instrucciones precisas. Según fuentes de la cancillería de Buenos Aires, Argentina efectuará inmediatas protestas ante la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA).