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La previsión de catástrofes en Madrid / y 2

Un plan de Protección Civil contra el accidente nuclear

La situación privilegiada de Madrid no es suficiente garantía contra el riesgo de un escape nuclear. La existencia de centrales nucleares a menos de un centenar de kilómetros y de un pequeño reactor experimenta¡ en pleno casco urbano han hecho ver la necesidad de un plan para proteger a la población. Otras dos amenazas, la sequía y los incendios, llegan puntualmente a la cita de cada verano.

Si algo han demostrado los últimos accidentes nucleares es que el riesgo de contaminación radiactiva no tiene fronteras. El llamado síndrome de Chernobtl llegó hasta Fspaña y, por supuesto, a Madrid. El pleno del Ayuntamiento, a propuesta del grupo'de concejales del PCE, aprobó el pasado 30 de mayo la elaboración de un plan de protección civil en caso de accidente en las instalaciones nucleares cercanas a la capital.Para la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat), la amenaza viene desde dentro y desde fuera. A los ecologistas les preocupa tanto las centrales de Almaraz (Cáceres), Zorita y Trillo (Gua dalajara) como el reactor expé rimental -con una potencia térmica de tres megavatios ubicado en plena Ciudad Universitaria. Los responsables de la Junta de Energía Nuclear (JEN) restan importancia a este reactor -que entrará en funcionamiento el próximo año- y afirman que no supone riesgo alguno para la población circundante. Sin embargo, un estudio publicado en la revista Energía Nuclear (septiembre de 1984) ponía en cuestión la necesidad de elaborar un plan de emergencia exterior en la JEN, plan que hasta ahora está limitado al personal que trabaja en las instalaciones.

Debido a la falta de legislación específica'en España, los autores del citado estudio, los técnicos Francisco Alcalá y Manuel Esteban Barriendos, tomaron como referencia dos normativas norteamericanas.

La zona de evacuación de la población en caso del máximo accidente posible (la fusión del. núcleo del reactor y la pérdida total o parcial de los productos de fisión) oscilaría entre 800 metros y tres kilómetros, según se aplicara una u otra norma. Los autores descartan el último supuesto, ya que la normativa utilizada es válida en Estados Uñidos sólo para reactores construidos a partir de 1977 (el reactor de la JEN data de 1958). En cualquier caso, un accidente grave en el reactor de la JEN, según Aedenat, tendría consecuencias en un área densamente poblada.

Por otra parte, la JEN controla desde finales de 1984 los niveles de radiactividad en la atmósfera, las aguas residuales y los vertidos. sóludos en Madrid. El Ayuntamiento recibe periódicamente informes que permiten detectar un aumento irregular de la radiactividad.

Dos vertidos accidentales al exterior, en 1970 y 1984, han sido los incidentes más destacables en los casi 30 años de vida de sús instalaciones. Para los responsables de la JEN, ni los 450 litros de agua contaminada que fueron a parar a la red de alcantarillado ni otra fuga de líquidos similar, ocurrida 14 años antes pusieron en peligro a la población.

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Restricciones de agua

Llega el verano. Y con él, la sequía. Veranos como el de 1983 no se recuerdan en. Madrid. Los embalses del Canal de Isabel II se quedaron al 25% de su capacidad total. Para una gran parte de los madrileños llegaron las restricciones de agua.

El Ayuntamiento limitó al mínimo los horarios de riego. Por su parte, el Canal,estudió la posibilidad de restringir el sumínistro de, agua a ocho horas al día y de imponer un sobreprecio del 400% por metro cúbico de agua por encima del nivel máximo de consumo, cifrado en 300 litros diarios para una familia tipo de tres personas. El Ministerio de Obras Públícas y Urbanismo (MOPU) elaboró.un estudio, conocido como Operación sequía, para aprovechar las aguas subterráneas de Madrid.

Este estudio estará finalizado, aproximadamente, en dos años. Su objetivo es el aprovechamiento de las aguas subterráneas de Madrid para hacer frente á posibles sequías. De momento, los embalses de la región se enopentran al 50% de su capacidad. La amenaza de la alerta roja parece haberse alejado temporalmente de la región.

La época estival es también el caldo de cultivo de los incendios. Madrid ha recuperado este año su condición de colista en la lista de regiones más afectadas por este tipo de siniestros, con cerca de 3.000 hectáreas quemadas de monte y pastos. El verano anterior, sin embargo, fue de los qu e se prefiere olvidar: un total de 12.000 hectáreas -el 1,5% de la superficie de la región- fueron pasto de las llamas. El 16 de octubre se levantó la larga serie de limitaciones vigentes durante el verano dentro del plan básico de la lucha contra los incendios en .Madrid (INFOMA).

Otro foco de contaminación son los residuos industriales procedentes de empresas químicas, mecánicas y de construcción que recorren la vega del río Jarama y el trazado de las carreteras radiales que parten de Madrid hacia Barcelona y Andalucía. En total son más de 490.00 toneladas al año de productos que se vierten indiscriminadamente o van a parar a basureros urbanos.

Contra estas actuaciones va dirigido el Programa Coordinado de Actuación de Residuos Industriales (PCARI), que prevé la eliminación de 70 puntos negros de vertidos industriales. Para ello se Iconstruirá un depósito de seguridad de residuos sólidos y una planta de tratamiento físico-químico.

El sistema radial de comunicaciones ha convertido también a Madrid en punto obligado de paso del 40% de los transportes peligrosos, por ferrocarril o por carretera. La región está considerada como zona de alto riesgo nuclear y químico. Protección Civil cuenta en estas zonas con equipos de protección nuclear y unidades móviles de descontaminación para combatir riesgo de fugas radiactivas o químicas.

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