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El Gobierno de Nicaragua ofrece un indulto a Hasenfus si se declara culpable

JOSÉ COMAS ENVIADO ESPECIAL, Eugene Hasenfus,el norteamericano procesado en Managua por sus actividades de abastecimiento de armas a los rebeldes de la contra, ha recibido ofertas de funcionarios del Gobierno sandinista para que reconozca su culpabilidad a cambio de un indulto.

Los Tribunales Populares Antisomocistas (TPA) rechazaron la petición del abogado de Hasenfus, el diputado conservador Enrique Sotelo, opuesto al sandinismo, de prolongar el plazo de 48 horas para presentar su réplica al escrito de acusación. Sin embargo, se concedió finalmente a Sotelo la posibilidad de entrevistarse la tarde del miércoles con Hasenfus durante más de dos horas. En la reunión estuvieron presentes, además de Hasenfus y Sotelo, la esposa y el hermano del acusado, junto con un intérprete.Hasenfus compareció para ese encuentro una vez más en el recinto de los TPA, rodeado del tumulto de periodistas y de soldados del Ministerio del Interior, que conducilan al reo.A la salida de la entrevista con su defendido, el abogado Sotelo reconoció casi abiertamente que Hasenfus ha recibido ofertas de funcionarios sandinistas para que se declare culpable. Ante la pregunta de este periódico sobre la oferta, Sotelo respondió, tras varios segundos de vacilación: "Bueno... yo no estoy autorizado a dar una declaración en este sentido".

Según fuentes fidedignas, los sandinistas han ofrecido a Hasenfus que se reconozca culpable. A cambio de este reconocimiento Hasenfus sería trasladado de la cárcel a una casa de huéspedes del Gobierno, donde podría recibir las visitas de su familia y posteriormente sería liberado, pronto, si observase buena conducta.Los sandinistas ven en esto la posibilidad de mejorar su imagen ante la opinión pública norteamericana y demostrar la generosidad de la revolución.

En la entrevista con su abogado, Hasenfus le dijo que uno de sus interrogadores le había ofrecido la posibilidad del indulto si reconocía que trabajaba para la CIA.Sotelo dijo a los periodistas que las declaraciones del reo ante las cadenas de televisión norteamericanas, donde reconocía su culpabilidad, carecen de validez, y que "la única forma en que un reo puede declararse culpable es ante el juez".

El miércoles llegó a Managua el ex ministro de Justicia de Estados Unidos, Ramsey Clark, que investigará el derribo del avión que transportaba a Hasenfus. Clark ha manifestado en el pasado simpatías por los sandinistas. Para ayer se esperaba la llegada del abogado Griffin Bell, que ocupó el mismo cargo que Clark y que actuará como asesor de la defensa de Hasenfus.La Prensa de Managua destacó ayer en grandes titulares el "unánime respaldo en la ONU" a la petición formulada por Nicaragua ante el Consejo de Seguridad de que EE UU cumpla el fallo del Tribunal Internacional de La Haya. El órgano oficial del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Barricada, destaca las intervenciones en la ONU de los representantes de México, Argentina, Perú y Cuba a favor de la tesis de Nicaragua.

El Gobierno de Managua espera recibir 11 o 12 votos favorables en el Consejo de Seguridad y dos o tres abstenciones, pero el veto de EE UU impedirá que triunfe la resolución.

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Reacciones nerviosas en la apacible Managua

El proceso contra Eugene Hasenfus ha desencadenado una permanente agitación, idas y venidas y reacciones nerviosas en la normalmente apacible vida de la capital de Nicaragua. Carreras y escenas de acoso y derribo ante los Tribunales Populares Anitisomocistas con motivo de las llegadas de Hasenfus, su esposa o su abogado, y visible crispación en los funcionarios de la Embajada de Estados Unidos caracterizan estos días del proceso.Los diplomáticos norteamericanos se mueven entre la obligación de prestar asistencia a un ciudadano encarcelado y la conveniencia política de no aparecer demasiado implicados en el caso del avión derribado.

"Qué lástima que ya ahora no se usa lo de dar a esta gente una pastilla de cianuro", comentó días atrás un funcionario norteamericano en Managua, del que se sospecha que trabaja para la CIA, al referirse a Hasenfus.

El embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Harry Bergold, que llegó el miércoles procedente de su país, siempre se había distinguido por sus buenas relaciones con la Prensa. Sin embargo, a su llegada al aeropuerto de Managua huyó precipitadamente hacia su vehículo, tras escurrirse entre los periodistas.

El abogado nicaragüense de Hasenfus, Enrique Sotelo, parece un manojo de nervios y tiene dificultades para controlar la situación de haberse convertido en unos días en el foco de atención de decenas de periodistas de todo el mundo.

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