Terremoto
El Papa Wojtyla ha pedido una tregua de Dios. A instancias de su corazón humanitario, el 27 de este mes se celebrará en Asís una jornada de oración por la paz con la asistencia de 62 jefes de distintas confesiones religiosas. Allí estos dignatarios llenos de borlas sagradas, en medio de una gran ceremonia, elevarán una súplica formal a los ejércitos regulares, guerrilleros, terroristas y mercenarios de todo el mundo, incluyendo a los que trabajan con navaja por cuenta Propia, para que depongan las armas al menos durante un día entero en nombre del Señor. Mientras el Papa intenta así ablandar las entrañas de algunos mortales, un terremoto ha asolado casi por completo la capital de El Salvador cosechando varios millares de muertos. Según la costumbre, este atentado no ha sido reivindicado por ninguna organización, si bien la opinión pública sabe perfectamente quién se esconde detrás de este tipo de catástrofes. Se trata de una dama coronada de rosa que golpea con extrema dureza, y después, de producir un baño de sangre ni siquiera se digna dar un comunicado, aunque siempre tiene un detalle. Cuando termina de matar, esta verde dama cubierta de flores manda a las aves del cielo que píen sobre las ruinas y obliga al sol a iluminar con ternura los cadáveres como si no hubiera pasado nada.La naturaleza goza de mucho prestigio entre los ecologistas, pero ninguna banda armada puede rivalizar con ella en fanatismo o en crueldad si se pone borde. Ante cualquiera de sus hecatombes el terrorista, más feroz se convierte en una hormiga perpleja, y hasta los políticos más desalmados se aprestan a enviar mantas y leche en polvo desde lugares lejanos. Ahora esta dama acaba de machacar a El Salvador sumando su maldad a la injusticia de los hombres, y en el campo de Asís, donde el hermano lobo comió mazapán, el Papa. va a pedir a los violentos un día. de calma. En la tregua de Dios, junto a terroristas, mercenarios y, toda clase de ejércitos de represión o de liberación debería incluirse a la propia Naturaleza. Esta loca de las flores es la peor.
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