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Frialdad y fuertes discrepancias ante la reunión negociadora hispano- norteamericana que empieza hoy

España y Estados Unidos celebran esta semana en Washington una nueva reunión negociadora para la renovación del convenio bilateral de defensa, que concluye el próximo año y que, como ha expresado el Gobierno, exigirá la "reducción sustancial" de la presencia militar norteamericana en España, tanto de efectivos humanos como de instalaciones. Con un ambiente de frialdad y abiertas discrepancias de interpretación entre las dos partes, la reunión se celebrará los días 15 y 16 en la sede del Departamento de Estado, en la capital norteamericana.

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La primera reunión formal para la renovación del convenio se celebró el pasado mes de julio en Madrid, y la parte española hizo una detallada exposición de los planteamientos, del Gobierno que, al exigir una importante reducción de la presencia militar norteamericana, añade que se hará sin merma de los niveles de seguridad colectiva y occidental a que España está comprometida, sustituyéndose las bajas norteamericanas con efectivos militares españoles.En la misma reunión de julio España presentó un documento sobre los planes para la reducción de la presencia militar norteamericana, documento calificado de "serio" por un alto funcionario español y del que los norteamericanos tendrán que responder ahora en Washington.

Refiriéndose a las propuestas españolas de reducción de personal militar norteamericano, el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, ha dicho en varias ocasiones que tal reducción será "sustancial y no simbólica o cosmética, y afectará tanto a personal como a instalaciones".

En la declaración conjunta del 10 de julio, las dos partes reiteraron los principios que implican "una disminución escalonada de la presencia militar norteamericana en España, basada en la asunción por las Fuerzas Armadas españolas de determinadas responsabilidades y misiones realizadas en la actualidad por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en España, manteniendo la capacidad global defensiva y el nivel de seguridad para ambos países y sus aliados". Y como primer paso de ese compromiso, "Estados Unidos anunció que va a reducir una parte de sus efectivos militares en Torrejón, sustituyéndolos por civiles, principalmente españoles", añadía el comunicado.

Torrejón

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En la interpretación de esos puntos se basa la fuerte discrepancia entre las dos partes negociadoras. Los norteamericanos dijeron a finales de agosto que habían iniciado la reducción del personal militar en la base de Torrejón -donde hay 4.507 militares y otros 685 civiles-, pero en medios oficiales españoles se interpretó "poco seria" y "meramente cosmética" esa reducción, que afectó a un grupo de personal auxiliar de la base.La reducción de la presencia militar norteamericana es un compromiso adquirido por el propio presidente del Gobierno, protagonista del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, celebrado el mes de marzo. En la pregunta del referéndum, en su punto 3 se señalaba: "Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de Estados Unidos en España".

El actual Tratado de Amistad y Cooperación entre EE UU y España expira en mayo de 1987, debiendo estar completado seis meses antes de esa fecha; esto es, en noviembre de 1987.

Dado el tiempo que queda para completar la renovación del tratado, fuentes españolas señalan que desde ahora las dos delegaciones tendrán que aumentar el ritmo de sus reuniones, si se quiere llegar a noviembre de 1987 con un nuemo tratado.

En fuentes diplomáticas españolas, al señalar que de la reunión de Washington no se esperan resultados espectaculares -está previsto que no haya comunicado final al término de la misma- se acepta que en la renovación del convenio hispano norteamericano primarán los planteamientos políticos, por encima de las consideraciones militares, técnicas o estratégicas.

Por parte norteamericana se indica que están dispuestos a reducir su presencia militar en España, pero "es imperativo para la defensa occidental que los efectivos a reducir se sustituyan con otros de las Fuerzas Armada.s españolas, con los mismos niveles de efectividad".

En los mismos medios no se da excesiva importancia a las referencias públicas de algunos dirigentes socialistas -como el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, o el alcalde de Madrid, Juan Barranco- pidiendo el desmantelamiento de Torrejón, aunque se admita que pueda haber una reducción de los efectivos de esa base.

Las delegaciones negociadoras estarán presididas, por parte española, por el secretario general de Política Exterior, Máximo Cajal, y del lado de EE UU, por el embajador norteamericano en España, Reginald Bartholomew.

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