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Memorándum

Crece un movimiento internacional contra los secretos de Estado, en la evidencia de que casi todos esos secretos giran en tomo de un único argumento: cómo ocultar a la ciudadanía de qué mal ha de morir o bien cómo ocultar a la ciudadanía que ya la están matando. Lamentablemente se cometió el error de dejar que las masas aprendieran a leer y escribir para que produjeran inteligentemente, más y mejor, y dos siglos después del estallido de la revolución industrial hay un saber convencional colectivo receloso ante la prepotencia del Estado y la lógica de sus secretos.Al fin y al cabo, en situaciones de emergencia, los responsables del poder tienen sus refugios preparados, desde los que podrán sobrevivir a la desinformada ciudadanía. Nuestro ministro de Defensa, por ejemplo, a buen seguro que ya ha hecho guardar en ese refugia la obra completa de Mozart (no hay nada como la K-504 para empezar de buen humor una posguerra), y nuestro ministro de Asuntos Exteriores habrá situado junto a la cabecera de su cama subterránea aquellas Elegías a Duino de Rilke, poeta de su preferencia, loa suficiente polisémico como para ser un estimulante poeta de preguerra y de posguerra.

Si concreto mis referencias personales en estos dos altos cargos concretos no es con ánimo de señalar arbitrariamente, sino por razón precisamente de su cargo, al aparecer como principales responsables del regateo del conocimiento de la real integración de España en la OTAN. Las heridas causadas por la enervante campaña del referéndum no han cicatrizado. Hay muertos de imposible sepultura. Y más si los hechos confirman el uso y abuso de una doble moral en la operación de compra y venta de la conciencia social practicada por el Gobierno durante la campaña del referéndum. Ante el chalaneo del memorándum, ante la evidencia de que ese secreto de Estado nos amenaza, recuerdo el rostro de Narcís Serra cuando nos vendía el sí y lo asocio a una paráfrasis de unos versos de canción de Machín: "¿Cuál es el profundo misterio que a nadie confiesas? / Di por qué cierras los ojos cuando nos besas".

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