Desaprovechar los buenos toros para la muleta
El gran público, en plan masivo, acude al reclamo por ver un concierto de rehiletes cuando en la feria se anuncia cartel de diestros banderilleros; luego, cuanto pueda suceder durante la lidia queda ya en un segundo plano, un tanto exento de atención. A los toreros de ayer les pasó algo por el estilo y, volcada su concentración ante tan publicitado tercio, se olvidaron del resto de la lidia.La evidente equivocación ante tres excelentes toros para la muleta, como fueron el segundo, tercero y sexto del ganadero Manuel González, exponía a las claras la flojedad de ánimo y condición de Víctor Mendes y El Soro, quienes, despojados del número de las banderillas, se quedan en manifiesta pobreza. artística.
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González / Esplá, Mendes, El SoroTres toros de Manuel González y tres de Sánchez Dalp: desiguales de presentación y blandos; de buen juego 2º, 3º y 6º. Luis Francisco Esplá: aplausos en su lote. Víctor Mendes: oreja; palmas. El Soro: dos orejas; oreja. Plaza de Zaragoza, 8 de octubre.Quinta corrida de feria
Diferente fue el caso de Luis Francisco Esplá que, adueñado del peor lote de, la tarde, estuvo fácil en banderillas, en los pares por los adentros, aunque monótono en la preparación. Sus toros, mansos, midiendo, embistiendo con la cara arriba y frenándose en la suerte, fueron alhajas difíciles de lidiar en un momento, el actual de Esplá, manifiestamente bajo.
El pitón izquierdo del primer toro de Víctor Méndes era de vitrina y la mano del diestro, de escayola. No está aún muy claro si el portugués no pudo tomar la pañosa en condiciones o ignoró tal virtud del astado; el caso quedará para las conjeturas. Lo real fue ver irse a un gran toro sin ser toreado como merecía, ya que hasta en derechazos acabó templándose magníficamente a pesar de la muleta del diestro.
Distinto fue el caso del quinto al recortar el viaje y buscar las zapatillas con pelígro. Rebañando al final de los muletazos, echaba la cara arriba y peligraba la integridad del diestro, salvada por su habilidad.
El toreo bufo de El Soro se estrella ante los buenos toros y así es como éstos se van hacia el desolladero vírgenes de lidia. El tercer astado de ayer, excelente para cuajar exquisiteces, podría haber quedado reservado en los corrales para un mejor diestro. Despreciar la nobleza y condición de un toro de ensueño, para ejercitar la ridiculez del destoreo, se hace motivo de lamentación.
La acharlotada forma de andar de este torero por la plaza le depara resultados de triunfo como lo conseguido ayer en Zaragoza: tres orejas. Este público, antaño importante, ejerce fisonomía verbenera y a pulso logrará que esta plaza no se tome en serio; pues bueno es ir a divertirse, pero se hace equivocado ignorar la tauromaquia que, de seguir así, en Zaragoza, terminará en función circense.
El cartel de esta tarde en Zaragoza lo componen Raúl Aranda, Julio Robles y Joselito, con toros de Javier Molina.
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