La fiesta y EL PAÍS
EL PAÍS representa la forma de pensar de las tendencias más avanzadas del capitalismo liberal. Esto es, exponen ustedes la perspectiva de la ideología política, social y económicamente dominante. Quien desee saber cuál es la actitud de esa ideología dominante acerca de la fiesta puede acudir al editorial publicado el 8 de septiembre, bajo el título Virgenes portátiles, en el que se viene a comentar, en términos despectivos, la tendencia de los españoles a hacer fiesta, es decir, a no trabajar.Es una cuestión casi de cultura general el que existe una orientación prácticamente universal, según la cual conviene trabajar sólo lo justo para mantener el sistema social.
El culto al trabajo, como es sabido, es algo nuevo, que proviene de la mentalidad capitalista y que carece de precedentes y paralelos en la historia y en la geografía cultural. La moral de la productividad ha ido imponiéndose, muchas veces de forma violenta, en todo el mundo, a través de las distintas formas de colonialismo, aunque con resultados insuficientes en cuanto a eficacia impregnadora. De ahí las ideas acerca de que los habitantes de ese inmenso Sur que no es el Norte (o que es poco el Norte, como sería el caso de los ibéricos) son seres vagos por naturaleza, esto es, que tienen poco aprecio por la producción.
En las antípodas de la producción está la fiesta, que no es sino la sacralización social del tiempo. En la fiesta, los individuos no producen y se dedican a participar en ritos colectivos, a divertirse y dormir poco, a comer y a beber con otros, a bailar y a fornicar, etcétera. Por supuesto que tal tipo de prácticas resultan inconcebibles y abominables para la mentalidad mercantilista y es eso lo que justifica la inclinación que los poderes que le sirven presentan hacia su destrucción.-
Departamento de Antropología Cultural. Facultad de Geografía e Historia, universidad de Barcelona.
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